Apenas irrumpe la pregunta por los aumentos de precios, las empresas se lanzan al juego del Gran Bonete, en un interminable movimiento en el que los comercios culpan a las industrias, estas a sus proveedores y todas juntas al Estado porque les cobra impuestos.
Tras la advertencia de investigación que realizó el presidente Alberto Fernández el pasado lunes en una entrevista con C5N, los cañones oficiales se dirigieron al enigmático sector de los fabricantes de insumos difundidos, productos como el acero y el aluminio, o la glucosa y los conservantes químicos, que son materia prima de un sinfín de productos de consumo masivo. También apuntaron a los productores de las latas y las cajas larga vida, envases empleados para contener conservas de todo tipo, lácteos y bebidas en general.
Los especialistas poseen estudios realizados tiempo atrás sobre los sectores concentrados de las industrias locales y los mencionados siempre aparecen en los primeros lugares, no sólo por su nivel de concentración sino por la manera en que sus actividades y decisiones impactan en el bienestar de la población en general.
No hay mucha vuelta, si hay monopolio no hay competencia y sin competencia los precios suben.
Las empresas y cámaras consultadas por Tiempo se limitaron a reconocer los aumentos pero no aportaron números concretos. Esa información provino de fuentes especializadas.
El economista Pablo Besmedrisnik, titular de la consultora Invenómica, analizó que los precios de los insumos industriales tienen en general una «capacidad de adaptación» muy rápida ante movimientos cambiarios y de hecho en la gran mayoría están dolarizados.
Por caso, señaló que «a lo largo del año 2019, el tipo de cambio oficial subió un 58% de $ 37,9 por dólar en diciembre de 2018 a $ 59,9 en diciembre de 2019. Los precios de los insumos industriales según el Índice de Precios Mayoristas (Indec) se movió de manera similar».
En los mismos 12 meses, añadió, «los minerales ferrosos básicos aumentaron su precio en pesos en un 59,2%, las sustancias químicas básicas en un 53%, los productos de vidrio en un 56,8% y los plásticos, el menos dolarizado de los insumos, un 48,8 por ciento».
Besmedrisnik destacó que la evolución del dólar y la de los precios mayoristas de estos insumos se fue diferenciando en los últimos meses. «El control de cambios, las expectativas de devaluación y la existencia de tipos de cambios desdoblados generaron que el dólar oficial se haya mantenido relativamente constante mientras que los precios de los insumos industriales crecieron a tasas importantes».
A la par, Besmedrisnik apuntó que entre octubre y diciembre el tipo de cambio oficial subió un 2,3%, pero el precio mayorista del vidrio se engrosó en un 9,4%, el de los minerales ferrosos aumentó un 5,6% y las sustancias químicas básicas lo hicieron en un 8%. Los insumos plásticos, como toda excepción, subieron un 1,7% en el mismo tramo, por debajo de la devaluación.
Mientras tanto la producción de insumos industriales difundidos mostró una retracción fuerte como consecuencia del hundimiento de la producción de bienes industriales y la construcción. «La recuperación se hará esperar –señaló el economista– y no hay indicios ciertos para los primeros meses del año. Sin embargo, se aprecian algunos elementos positivos en sectores muy específicos objeto de políticas públicas», como los alimentos. «
«Incrementar ventas»La secretaria de Comercio Interior, Paula Español, aseguró que el programa Precios Cuidados significa para los supermercados «una oportunidad para volver a incrementar sus ventas», y puntualizó que la fiscalización de provincias, municipios y consumidores será esencial para garantizar que los productos estén en las góndolas.
«El espíritu original que tenía el programa se deformó completamente en los últimos cuatro años», indicó Español y detalló que en ese lapso «hubo una baja muy importante del consumo de los argentinos, y del consumo de alimentos en particular».