El desmoronamiento del consumo minorista quedó reflejado en las estadísticas oficiales del Indec. El organismo publicó este lunes las cifras correspondientes al cierre de 2018 y las caídas en algunos rubros fueron estrepitosas.
Los datos oficiales señalan que en diciembre las compras en supermercados de todo el país bajaron 8,7% en valores constantes con relación al mismo mes del año anterior. La disminución fue de 12,4% en los autoservicios mayoristas, mientras que en shoppings y centros de compras del área metropolitana fue todavía mayor: 13,3%. Se trata del sexto informe consecutivo con números en rojo, seguidilla que arrancó en julio de 2018.
Para el cálculo, el Indec tomó la facturación de cada sector y la reelaboró tomando los valores de abril de 2016, cuando comenzó la serie estadística. De esa manera aisló el efecto producido por la inflación. A valores corrientes, las ventas subieron 40,3%, 37,7% y 25,7% respectivamente, bastante por debajo de la variación general de precios del año pasado.
En tanto, la encuesta en comercios de electrodomésticos y artículos para el hogar reveló un panorama catastrófico. Las ventas nominales del último trimestre de 2018 estuvieron 5,1% por debajo del que alcanzaron un año antes. Si bien no hay datos de facturación a valores constantes, la comparación de las cantidades adquiridas en algunos artículos es deprimente. La venta de computadoras y notebooks cayó 57%, la de cámaras digitales 63% y la de consolas para juegos 64%. También fueron importantes las bajas en televisores (26%), lavarropas (29%), aires acondicionados (23%) y teléfonos celulares (29%), entre otros rubros.
Los motivos de esta debacle están íntimamente vinculados al combo formado por la inflación, los salarios reales en baja y la devaluación. Mientras que en 2018 los precios al consumidor subieron 47,6%, las actualizaciones salariales fueron muy inferiores y redundaron en una pérdida del poder adquisitivo de entre 13 y 16 puntos para los trabajadores registrados, según su rama de actividad. Al mismo tiempo, el tipo de cambio se duplicó y eso impactó en el costo de los electrodomésticos y otros bienes cuya mayor parte de los insumos son importados. Las restricciones a las que se enfrentaron los consumidores se tradujeron en menores ventas. De no producirse cambios sustanciales, el fenómeno podría continuar en 2019, justo un año en que el gobierno necesita tener a la población de buen humor para lograr su continuidad en el poder tras las elecciones generales.