En la semana que pasó asistimos de manera definitiva e indiscutible a un nuevo fracaso del neoliberalismo en el país. Las medidas de estos días marcaron un punto de no retorno para el macrismo: default selectivo, cepo para los giros de utilidades bancarias y riesgo país por encima de los 2500 puntos.
La pregunta es cómo debemos entender lo sucedido puesto que existe un debate sobre si esto fue un fracaso económico o un saqueo exitoso. Probablemente ello sea un falso dilema, dado que no necesariamente dichas opciones sean excluyentes. Es decir, si bien es evidente que lo que está pasando era un objetivo premeditado de la política económica macrista (su plan consistía en bajar salarios, aumentar el desempleo, concentrar la riqueza, pauperizar las condiciones de vida de la población y favorecer al sistema financiero), también es verdad que ello no debía ocurrir de la manera en que ocurrió. Porque en Cambiemos no vinieron a morir rápido, sino que siempre quiso ser un proyecto de poder de largo plazo.
Es decir, sabían que su plan no podía (y de hecho está quedando claro que no puede) legitimarse social y políticamente con las dinámicas actuales. La idea central entonces fue obtener los mismos resultados pero por otro camino: querían generar exclusión pero que no se notara. Suponían que se podía crecer y empobrecer a la vez, pero sumando también algunos éxitos económicos palpables como bajar la inflación y modernizar la economía para tener algo que mostrar.
El sueño macrista fue repetir el menemismo, donde se pudo hacer todo ello pero con validación electoral durante años. Y siendo sinceros, Macri casi lo logra: en 2017 tuvo un gran acompañamiento de las urnas, lo cual pareció presagiar que el proyecto de Cambiemos podía funcionar según lo estipulado. Ya que ese año se desaceleró la inflación, hubo un leve rebote económico y algo se recuperaron los salarios. Con poco, el «sí, se puede» del macrismo pareció funcionar.
El problema estuvo en otro lugar: toda la estrategia económica dependía de sostener el altísimo nivel de endeudamiento que financiara su plan. Y cuando se cortó el flujo de deuda, el plan terminó de chocar. Vinieron los saltos del dólar, la inflación se escapó, la economía se hundió y el consenso se perdió. No hubo dinero del FMI ni nivel de tasas que les permitiera disfrazar los errores previos. El resultado de las PASO puso a la luz que Cambiemos sólo logró sus objetivo económicos clasistas pero sin las formas de legitimación política que necesitaba para subsistir. Y así terminó otro experimento neoliberal en el país: sin nada que mostrar y habiéndolo perdido todo. «