El optimismo que el gobierno nacional se esfuerza por instalar de cara al futuro se estrella contra la realidad de una economía que sigue acumulando indicadores negativos. Hoy se sumó el dato de ventas minoristas que elabora mensualmente la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) que arrojó en septiembre una caída del 7,7 por ciento en relación con el mismo mes del año pasado.
En los últimos días se sucedieron indicadores que hacían prever una caída del consumo. El Estimador Mensual Industrial del Indec (EMI) dio una caída del 5,7% en agosto, pocos días después de que la consultora privada FIEL informó un desplome del 4,6% en el mismo mes.
A la vez, el indicador oficial de la actividad de la construcción lanzó en el mismo mes una caída del 3,7% que redundó en la pérdida de 60 mil puestos de trabajo en la comparación con agosto de 2015.
Frente a esos indicadores el gobierno rescató que las caídas fueron menores a las que se venían registrando en los meses previos. Sin embargo, la publicación de los datos de la pobreza y la indigencia la semana pasada, y el creciente malestar de la clase trabajadora por la desactualización del salario terminó de darle forma a una tormenta de frente que hoy confirman los datos de la CAME.
La entidad empresaria informó que las cantidades vendidas por los comercios minoristas cayeron 7,7% en septiembre frente al mismo mes del año pasado afectadas por el menor poder adquisitivo de las familias y aclaró que se trata del noveno mes consecutivo de caída agresiva del consumo en una tendencia que comenzó a principios de año y no muestra por ahora señales de cambio.
CAME evaluó que el séptimo mes del año fue muy tranquilo y relativizó las alternativas de financiamiento que ayudaron, especialmente el programa Ahora 12 para productos nacionales, (sin embargo) mucha gente prefirió mantenerse fuera del mercado de consumo para acomodar sus deudas con tarjetas y racionalizar sus gastos.
El informe indica también que los comercios de los rubros indumentaria, textiles, calzados, jugueterías, joyerías, bazares, o mueblerías lanzaron ofertas tentadoras para generar liquidez, logrando con eso captar algo más de demanda, pero aun así las ventas fueron débiles y las posibilidades de competir con las ofertas agresivas de las grandes cadenas de hipermercados fueron escasas.
Las caídas más pronunciadas en términos anuales se vieron en Electrodomésticos y artículos electrónicos (con un retroceso del 16,8%); Neumáticos (-12,4%); Ferreterías (-10,9%); Textil e indumentaria (-9,6%); y Materiales para la construcción (-7,9%).
La situación empeoró respecto a agosto pasado porque en septiembre no hubo ningún rubro en alza. No obstante CAME señaló como noticia positiva que en los últimos días del mes se observó una mayor afluencia de público en los locales aunque reconoció que no lo suficiente como para anticipar un cambio de tendencia en octubre. Con el resultado de septiembre, el consumo acumuló desde enero una caída del 6,8%.
Después de electrodomésticos e indumentaria, la CAME alistó entre los rubros más afectados al de la construcción. La venta de materiales cayó 7,9% anual en el mes a la par del despacho de materiales eléctricos, que arrojó una desaceleración del 9,2%. En tanto, las ventas de las ferreterías hicieron lo propio otro 10,9% negativo.
A las mueblerías también les fue mal aunque las tasas de caída fueron más bajas. La CAME destacó los precios atractivos que lanzaron algunos comercios de este rubro que liquidaron mercadería para generar movimiento y renovar modelos. Los muebles de oficina cayeron 4,1% anual y los muebles para el hogar lo hicieron el 3,9%. De todos modos hubo mucha dispersión de precios entre los diferentes comercios consultados, en algunos casos con desplomes muy profundos y en otros con repuntes suaves, explicó el ente empresario.
Otro sector importante es alimentos y bebidas, porque es la industria con más empleos en el país y porque en el plano del comercio es el destino del porcentaje más grande de la masa salarial.
En este sector las cantidades vendidas se derrumbaron 3,1%. La gente continuó buscando segundas y terceras marcas, o haciendo más compras controladas, ayudando de esa manera a los comercios de barrios contó el informe de la entidad privada pero al mismo tiempo las empresas del rubro deben competir con las ofertas agresivas que lanzan de viernes a domingo los hipermercados para atraer público y eso les quita consumo, moderó la entidad. Aun así, finalizó, hay muchos precios que se consiguen más baratos en los comercios chicos y las familias están atentas a eso.
Para elaborar este informe la CAME encuestó a 1.365 comercios minoristas de todo el país entre el lunes 26 y el viernes 30 de septiembre. La consulta tomó como referencia los principales 20 rubros de la venta minorista familiar.