Tras la represión en Pepsico, el ministro de la Producción de la Nación, Francisco Cabrera, descartó la posibilidad de que otras empresas tomen decisiones en la misma línea que la multinacional de origen estadounidense.
En declaraciones recogidas por el diario cordobés La Voz del Interior, el titular de Producción politizó los hechos de la planta que la firma tiene en la localidad bonaerense de Vicente López, cuando definió la situación como un caso sumamente particular que se ha querido usar como una bandera política.
Con esa declaración, el ministro coincidió con su par de Defensa, Patricia Bullrich, que anoche responsabilizó a la comisión sindical interna por el cierre de la multinacional alimenticia.
Sin embargo, el jefe de la cartera de Producción reconoció que la firma no atraviesa una situación de crisis: Por supuesto que es muy doloroso que se despida a esa cantidad de gente, pero no es una empresa que esté teniendo un problema económico-financiero», señaló.
El titular del ministerio nacional agregó que el cierre de la planta de la zona norte bonaerense es una decisión tomada por la empresa «hace mucho tiempo» con el objetivo de unificar su producción de papas fritas en la planta de Mar del Plata, cerca de la localidad de Balcarce, epicentro de la siembra de papas.
En ese sentido, Cabrera vaticinó que Pepsico «va a crecer y va a hacer inversiones en Mar del Plata» y agregó una comparación para la polémica cuando señaló que: «Lo contentos que están ahí (por Mar del Plata) están descontentos en Vicente López».
La cuestión es ¿qué hacemos con los trabajadores?», se preguntó el referente del gabinete, quien respondió: «Nosotros (por el gobierno) sí somos responsables de dar condiciones para que sean absorbidos rápidamente, para eso se necesitan inversiones y recapacitaciones. Ofrecimos los programas de recapacitación productiva, pero era tan buena la oferta de indemnización que fue tomada por muchos de los trabajadores. Nosotros nos vamos a poner a trabajar con ellos para encontrar una solución».