La nueva ola de Covid-19 y la falta de insumos obligó a Brasil a parar su producción automotriz y disparó la alerta entre las fábricas argentinas. El temor es generalizado, dada la estrecha relación entre los países, pero es particular en las fábricas locales de vehículos, incluyendo al complejo autopartista, que empezaba a registrar números positivos tras una larga de sucesión de meses con indicadores malos. También genera preocupación comercial porque el 60% de los autos que se venden en las concesionarias del país provienen del territorio vecino.
Una figura del discurso empresario local postula que si Brasil se resfría a la Argentina le da neumonía. En 2020, por efecto de la emergencia sanitaria, el PBI brasileño cayó un 4,1%; y de este lado de la frontera el indicador sufrió un derrumbe del 9,9%, confirmó esta semana el Indec. Pero ya en los últimos meses del año pasado se verificó un cambio de tendencia en la industria que se estaría consolidando este año. Según la consultora Orlando Ferreres y Asociados (OJF), el sector fabril acumuló una suba del 2,6% en los dos primeros meses del año mientras que la economía en general lo hizo en un 1,2 por ciento.
Problemas locales
A las dificultades de abastecimiento brasileñas, se suman los límites a la importación establecidos de manera informal por el Banco Central y el Ministerio de Economía para contener las divisas dentro del país. Este problema se aprecia en la industria autopartista. La Asociación de Fabricantes de Componentes (AFAC) informó esta semana que el 60% de las firmas del sector disminuyó sus stocks de insumos y materias primas, «reflejando una importante brecha entre la disponibilidad de insumos y la demanda creciente de los clientes». El faltante de materias primas a nivel regional y la operatoria local para el despacho de importaciones aparecieron entre los obstáculos que señalaron los encuestados de AFAC.
Norberto Taranto, titular de la autopartista que lleva su apellido, le dijo a Tiempo que las noticias que vienen desde el socio regional agravarán los «grandes problemas que ya tenemos con el abastecimiento de materia prima, principalmente en aceros no fabricados en el país».
En Córdoba, que es una importante plaza automotriz y autopartista nacional, fueron cautos en relación con un «efecto Brasil» y dijeron que «hoy todavía no se está viendo un impacto» en las factorías de la provincia, si bien la situación está «bajo análisis permanente».
Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), vaticinó un futuro complicado y amplió el universo de empresas afectadas a las de la alimentación y a las del sector de los bienes de capital. En sintonía con Taranto, advirtió a este medio que se puede venir una profundización de problemas actuales y agregó el empeoramiento de las compras de Brasil a las empresas argentinas. De igual manera, sumó que habrá inconvenientes en la relación comercial con Paraguay, Chile y Uruguay.
Las novedades brasileñas inyectaron una buena dosis de inseguridad a las firmas locales, que esperaban una recuperación del mercado interno a partir de los ajustes salariales de marzo. «Lo de Brasil no nos va a ayudar mucho. Prevemos desarrollo a futuro, pero las señales de la pandemia dicen que no van a llegar tan rápidamente», lamentó el titular de IPA, quien propuso como salida política que la Ley de Compre Argentino que prepara el gobierno incluya a las grandes empresas pero también a las pymes. También sugirió que se mantenga el costo de la energía para las firmas de menor envergadura.
Otra percepción es que, por más grande que sea la cuarentena que se viene en Brasil, esta vez no tendrá un reflejo de este lado del mapa. «Tenemos incertidumbre de nuevo, pero no vamos a cerrar la economía como antes porque estamos más preparados que en marzo del año pasado», agregó.
Cierres en Brasil
El agravamiento de la pandemia Covid-19 y la falta de insumos provocada por el caos logístico mundial han llevado a buena parte de los fabricantes de vehículos del país a detener la producción.
El martes pasado fue el turno de Mercedes Benz, que anunció que detendrá la producción entre el 26 de marzo y el 5 de abril. Y, a partir de esa fecha, otorgará vacaciones colectivas a grupos alternos en el piso de la fábrica.
En tanto, Honda dejó de fabricar el sedán Civic a principios de marzo. Por su parte, Volkswagen interrumpió la producción desde el último miércoles hasta el 5 de abril. General Motors paralizó la producción de Onix, el automóvil más vendido en Brasil, debido a la falta de repuestos. Esperaba volver en junio, pero lo pospuso hasta julio. Scania anunció que el cierre de su planta se mantendrá hasta el 4 de abril. Volvo dijo que no interrumpirá la producción en la planta de Curitiba, pero reducirá la producción de camiones en un 70 por ciento. «
Máximos
El próximo miércoles vence el programa Precios Máximos. Según fuentes del Ministerio de Desarrollo Productivo, las autoridades están desarrollando charlas con la industria y las grandes cadenas de supermercados en las que negocian su vigencia.