La 11° Conferencia de Ministros de la Organización Mundial de Comercio (OMC) arranca hoy en medio de fuertes disputas tanto comerciales como diplomáticas, estas últimas generadas por la decisión del gobierno de Mauricio Macri de impedir el acceso al país a más de 60 extranjeros expertos y especialistas en diversas materias y que iban a participar de los foros alternativos al encuentro.
En lo que hace a los temas comerciales en discusión, los ministros llegan al inicio formal de la reunión, que se hará mañana, con muy pocos acuerdos y muchas divergencias.
En el centro de los debates se encuentran los subsidios con los que diversos países, especialmente los que cuentan con las economías más poderosas, ayudan a sectores económicos en detrimento de los competidores fronteras afuera.
El caso álgido de los subsidios es la agricultura, a donde irán a parar este año unos 100 mil millones de dólares en Estados Unidos y otros 60 mil millones de euros en la Unión Europea (UE).
El debate sobre los subsidios agrícolas no siempre es directo y muchas veces aparece distorsionado. Este año el eje estaba puesto en las discusiones vinculadas a los subsidios a las compras de alimentos que son distribuidos entre las poblaciones más necesitadas. En junio último, la UE y Brasil presentaron una propuesta que incluye tanto las existencias públicas de alimentos en los países más desarrollados como las ayudas domésticas en los países que precisan esos alimentos. La presentación también incorpora la reducción de los subsidios al algodón.
La propuesta UE-Brasil no pudo avanzar por las divergencias más generales con los subsidios, especialmente porque los representantes comerciales de EE UU se negaron en redondo a dejar de subsidiar en general a los agricultores de ese país y en particular a los que venden alimentos a Washington para que este a su vez los circule en todo el mundo como donaciones.
Tampoco habría acuerdos con otros temas centrales, como el comercio electrónico o las compras gubernamentales y el comercio de servicios.
Este escenario se ha agravado con la política del gobierno de Mauricio Macri de impedir la llegada al país de reconocidos expertos en diversas áreas de interés para el debate de la OMC. Esa decisión ya generó cortocircuitos diplomáticos (ver página 5) y agrió algunas de las reuniones previas del viernes y ayer.
El contexto no es para nada favorable a la posibilidad de arribar a un documento final, el que suele ser un texto muy elaborado y trabajado previamente con mucha dedicación. Según trascendió el viernes pasado, los negociadores llegaron a Buenos Aires sin un borrador. Al cierre de esta edición, Susana Malcorra, la máxima ejecutiva de la organización de esta reunión por encargo de la OMC, preveía la posibilidad de que un texto suyo reemplazase al ministerial. El fracaso de la OMC en este punto será patente.
Malcorra ya veía venir esta posibilidad a medida que se empantanaban los preacuerdos. El director general de la OMC, el brasileño Roberto Azevedo, intentó hasta último momento torcer el mal rumbo que llevaba esta cumbre, sin éxito.
La Conferencia reunirá entre hoy y el miércoles a alrededor de 4000 representantes de gobierno de los 164 países, además de miembros de unas 260 ONG. El presidente Mauricio Macri la inaugura hoy en el Centro de Exposiciones de Buenos Aires, acompañado de sus colegas de Uruguay, Tabaré Vázquez; Brasil, Michel Temer y de Paraguay, Horacio Cartes.