Las grandes empresas están obsesionadas con el avance de las reformas fiscal, previsional y laboral, y por eso festejaron la definición de las coaliciones electorales con más chances de acceder a la presidencia en las elecciones de este año: la oficialista Juntos por el Cambio y las opositoras Frente de Todos y Consenso Federal.
Cuando se conoció la fórmula Macri-Pichetto, algunos empresarios celebraron públicamente. La reacción se interpretó como representativa del empresariado, pero hilando fino la aprobación es relativa.
Lo que se festejó fueron las definiciones de las fórmulas, algo que las empresas ansiaban para poner a andar la maquinaria de negociaciones con la que buscarán instalar su agenda en las tres fuerzas en disputa.
Los que celebraron la definición oficialista ven a Pichetto como el complemento clave para la realización de las reformas en cuestión. El martes el Foro de Convergencia Empresarial (FCE) pedirá audiencias a los tres frentes pero su predilección es por la continuidad.
El presidente de la entidad y director de la prepaga Swiss Medical, Miguel Blanco, definió la alianza entre Cambiemos y el senador peronista como «la reclamada ampliación de Cambiemos», el mecanismo necesario para la elaboración de consensos que las empresas le demandarán a Macri durante la campaña y al futuro gobierno nacional.
Blanco también defendió a Pichetto frente a las críticas de su tracción real de votos, advirtió que «está por verse, porque Pichetto ya ganó varias elecciones a legislador y construyó una relación con las provincias que a Cambiemos le permitió aprobar leyes». Además, consideró que al rionegrino «lo eligieron por su capacidad» y comparó que «Alberto Fernández tampoco tiene votos propios. Son casos similares».
El titular del FCE se corrió de la polémica sobre la permanencia de Pichetto en el Consejo de la Magistratura, que ocupaba en principio como opositor. «El que decidirá es el Senado, ahora depende de sus pares», dijo.
Heterogeneidades
En los ámbitos productivos hubo voces que desentonaron. El directivo de la Unión Industrial Argentina (UIA), Guillermo Moretti, definió la convocatoria del gobierno a Pichetto como «una jugada muy arriesgada, muy fuerte» pero discutible en términos de orientación: «Hoy la actividad sigue caída y la única forma de arreglarla es con política y con un modelo», que la fórmula oficial, a los ojos del dirigente santafesino, parece no encarnar.
En resumen, la percepción es que «es una fórmula competitiva pero no tiene un impacto significativo en los mercados», concluyó Moretti.
En la misma línea, el vocal de la central fabril José Urtubey, pidió en diálogo con El Destape: «No hay que simplificar» la interpretación «porque vamos a terminar el año con una inflación del 40 por ciento. El gobierno está en modo financiero y no en modo productivo».
En el off, la capacidad del senador de seducir a sectores relevantes del peronismo en favor de Cambiemos cosechó golpes mucho más duros. «No renuncia al Consejo de la Magistratura porque hay toda una jugada atrás», especularon.
Elogios y distancia
La fórmula de Juntos para el Cambio se presentó por primera vez en un foro de IDEA en Neuquén, con fuerte presencia de empresarios petroleros, quienes se precipitaron en elogios. Según una crónica publicada en Infobae.com, varios dirigentes calificaron la anexión del senador peronista como garantía de gobernabilidad y de políticas de Estado. Otros destacaron que responde directamente al pedido de mayor consenso político.
La puja política también hizo pie en la convención del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF). En la apertura, el presidente de la entidad, Jorge Saumell, tomó distancia y llamó a todas las fuerzas a realizar las «reformas estructurales» que piden las empresas: tributaria, laboral y previsional. Para avanzar en ese sentido consideró preciso «un volumen político significativo que evite ulteriores retrocesos».
El mismo día, en el encuentro Argentina 2020/40, el presidente de la Sociedad Rural, Daniel Pellegrina, expresó que «este momento requiere bases más sólidas, que se logran a través de este tipo de acuerdos».
En tanto, el presidente de la federación empresarial del transporte de cargas FADEEAC, Mario Eliceche, reconoció que el sector buscará reuniones con todos los candidatos tras la experiencia con el actual gobierno en la que hubo «mucho diálogo pero ninguna solución».
Pymes, divididas
Carlos Heller, presidente del Partido Solidario, organizó un encuentro de 2000 empresarios pyme con Alberto Fernández. «Acá están los que resistieron la política de destrucción de la economía y de la industria», arengó el candidato y pasó a golpear al FMI, algo que satisfizo a los presentes.
Pero no todos opinan igual. En CGERA renovaron las críticas al gobierno pero extendieron su malestar a otros sectores que, más allá del apoyo formal, tampoco demuestran interés concreto. «