Jaqueado por una combinación de factores que agravaron la crónica falta de reservas, el gobierno decidió un ajuste del cepo cambiario para frenar la disparada de los tipos de cambio alternativos, que aumentaron fuertemente en los últimos días. El dólar blue aumentó 10,5% en una semana y terminó en 442 pesos, mientras que el CCL (la vía más usada por las empresas para dolarizarse) llegó a 455 pesos.

En concreto, el Banco Central impuso una espera obligatoria de 90 días para el pago de fletes y transporte de mercaderías desde el exterior. Además, las operaciones de pago de intereses por préstamos y/o importaciones a empresas vinculadas radicadas al exterior necesitarán una autorización expresa de la entidad.

Las medidas fueron decididas tras una reunión que tuvieron el jueves el ministro de Economía, Sergio Massa, y el titular del BCRA, Miguel Ángel Pesce. En el Central calculan que esas resoluciones permitirán postergar pagos hasta fines de año por unos U$S 2000 millones.

El viernes, la entidad tomó una decisión más drástica y obligó a todas las entidades autorizadas a intervenir en el mercado oficial de cambios a informar, con dos días hábiles de anticipación, de los requerimientos de divisas que les formulen sus clientes. En la práctica, esto impidió las compras en el mercado mayorista (se presume que lo mismo ocurrirá el lunes) y le permitió al Central quedarse con la totalidad de los U$S 290 millones liquidados por exportaciones. De esa manera el organismo revirtió las pérdidas acumuladas en abril y pasó al frente por un margen de escasos U$S 81 millones.

¿Y el dólar agro?

Si bien las dificultades en el frente cambiario son crónicas, algunos factores las agravaron. El impacto económico de la sequía ya empezó a notarse, por ejemplo, en la balanza comercial: según el Indec, en marzo hubo un déficit de U$S 1059 millones, como consecuencia de una caída de 22,2% en las exportaciones, con bajas todavía mayores en los rubros de Productos Primarios y Manufacturas de Origen Agropecuario.

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El dólar agro, la apuesta del gobierno para aumentar las reservas.
Foto: Eduardo Sarapura

De la misma manera, el dólar agro luce bastante menos efectivo de lo previsto. El seguimiento de la Bolsa de Comercio de Rosario concluyó que en los primeros diez días hábiles el complejo sojero vendió U$S 1255 millones, apenas un tercio de lo que entregó en el mismo lapso de la primera edición del programa, en septiembre pasado.

A ese ritmo, difícilmente se cumpla el objetivo de llegar a U$S 5000 millones antes del 31 de mayo. El miércoles, por ejemplo, hubo liquidación cero: Ciara, la cámara que agrupa a las empresas del sector, dijo que fue por «la paralización de los puertos por razones ajenas a las empresas», en alusión a un conflicto sindical en Rosario.

La carta del FMI

En paralelo, desde Economía se juegan una carta: que el Fondo Monetario Internacional haga un aporte de divisas como puente para transitar los próximos meses. La jugada forma parte de la renegociación integral del programa de facilidades extendidas que Massa acordó hace 10 días con Gita Gopinath, la número dos del organismo.

La variante podría implicar el aporte de fondos frescos, un adelanto de los desembolsos ya establecidos para el presente año o bien una postergación de los pagos a realizar. Los trascendidos señalan que Gabriel Rubinstein, secretario de Política Económica, y Leonardo Madcur, jefe de asesores, ya están realizando videoconferencias con el staff del FMI.

Rumores y gestos

Todo ese panorama se da en un mercado sensibilizado a medida que se acercan los comicios de octubre. Desde el Palacio de Hacienda, por caso, ordenaron a la Comisión Nacional de Valores que investigue si corresponden sanciones para una sociedad de bolsa que el viernes envió un boletín especial a sus clientes alertando de «rumores muy fuertes de una devaluación cambiaria el lunes» del orden del 50%.

Por ahora, los gestos políticos del gobierno no terminaron de calmar a los mercados. Un ejemplo fue la salida de Antonio Aracre, el asesor presidencial al que se le achaca haber elevado a Alberto Fernández un bosquejo de plan económico que incluía una devaluación. En el relato oficial, ese rumor llegó a los mercados y el dólar empezó a subir de inmediato, lo que derivó en el fin del breve paso de Aracre por la función pública.

Por eso el jueves hubo una foto del presidente con Sergio Massa, en Olivos, con un implícito mensaje de respaldo político. «La ratificación al ministro trajo calma», dijeron fuentes del entorno presidencial. Lectura errada: al día siguiente el blue subió otros 10 pesos. «

Déficit fiscal: no se cumplió la meta trimestral

El gobierno no logró mantener el déficit fiscal del primer trimestre dentro de los parámetros que había acordado con el Fondo Monetario Internacional. Según el informe dado a conocer por la Secretaría de Hacienda, en marzo el sector público nacional registró un déficit primario de $ 257.855,5 millones. Si a ese monto se le agregan los intereses de la deuda pública, en el tercer mes del año se registró un déficit financiero de $ 388.005,8 millones.

De esa manera, en el período enero-marzo el déficit primario acumulado fue de $ 689.927,8 millones. La cifra supera en 56% el monto que se había fijado el gobierno para el primer trimestre ($ 441.500 millones).
Según el comunicado del Ministerio de Economía, «la peor sequía en décadas afectó notablemente la recaudación asociada a los tributos del comercio exterior del Estado Nacional, durante el primer trimestre.

En este período, se estima una merma de aproximadamente $ 350.000 millones respecto a las proyecciones contenidas en la Ley de Presupuesto 2023″.

Para compensar esos menores recursos se dispuso una «moderación sostenida para la ejecución del resto de los gastos presupuestados», que se tradujo en una reducción del gasto primario del 6% en términos reales.