Los inquilinos conforman uno de los sectores más golpeados por las políticas económicas del macrismo. Mantener una casa con alquiler cuesta un 52% más que el año pasado. Ahora, se suma la preocupación por una disparada de precios, si no hay una ley que regule ese mercado. Además, hay una fuerte discusión ante la posibilidad de indexar el precio de los alquileres a la inflación, a través del valor UVA.
Cada UVA se compone a partir de un coeficiente equivalente a la inflación del Indec. Uno pasa a deber en UVA, en lugar de pesos. Si la inflación se dispara, la UVA también. Si el salario no acompaña, el problema lo tiene el deudor. En principio, la intención del Gobierno es tomar el valor UVA sólo para establecer un corte: los alquileres menores a 840 UVA (hoy, unos $15.600) se actualizarían al segundo año de contrato por el Coeficiente de Variación Salarial (CVS), elaborado por el Indec, que toma en cuenta la evolución del salario. Si el alquiler es superior a esas 840 UVA, la actualización sería libre. Esa intención se traduce en un proyecto presentado en la última semana por el diputado del PRO Daniel Lipovetzky para modificar el Código Civil y Comercial.
El proyecto del FpV que tiene media sanción en el Senado y que ahora se trata en Diputados pretende actualizar el precio del alquiler una vez al año, a partir del tercer año de contrato, por un promedio entre la inflación del Indec y el salario (CVS).
Gervasio Muñoz, referente de Inquilinos Agrupados, explicó a Tiempo: «Si no se regulan, los precios de los alquileres van a pegar una disparada. Los inquilinos no van a poder pagar y los dueños no van a poder cobrar». Muñoz criticó con dureza al proyecto del PRO: «Quieren mostrarse benévolos al supeditar el aumento sólo al salario. Pero esto puede significar un descalabro: si algunos precios los regulás y otros no, van a querer saltear la regulación, disparando los precios por encima de las 840 UVA». Para Muñoz, la verdadera intención del PRO es «frenar la votación, embarrar la cancha y que no salga ninguna ley». Y agregó: «El proyecto del PRO plantea que la solución para los inquilinos es que las constructoras no paguen impuestos. Los únicos que se benefician son los bancos y las constructoras», apuntó.
El empresario inmobiliario Jorge Izrastzoff expresó a este medio que «la nueva propuesta es superadora porque se hace mediante UVA. Con la del FpV, si la inflación no supera al 10%, no se actualiza el valor. Si eso ocurre durante tres años seguidos, el propietario pierde más de un 25% de la renta. Eso reduce el mercado de alquiler, desalienta inversores y promueve el aumento de precios por poca oferta». Si bien el corte de 840 UVA le pareció bajo, «tiene un sentido social de proteger al inquilino». Izrastzoff apuntó que «el gobierno actual tiene ideas de competitividad y de libre mercado que vemos superadoras». En ese sentido, aseguró que «lo más importante es indexar por UVA y bajar el mínimo de tres años de contrato».
José Rozados, titular de Reporte Inmobiliario, dijo que «difícilmente, el salario pueda quedar muy por debajo de la inflación en un tiempo prolongado. Si no, los sindicatos volarían por los aires», ironizó. «Por otro lado, el CVS no asegura nada; el año pasado fue 31,9% y los alquileres aumentaron en un 30%», comparó. Para Rozados, «la lógica indicaría que también los alquileres puedan fijarse en UVA, así todos hablan el mismo idioma como pasa en Chile; que se pacte libremente». Muñoz recordó que «en Chile, no hay un movimiento de inquilinos, hay directamente un movimiento de deudores hipotecarios. Llega un punto en que se hace imposible pagar». «
UVA: más consultas que acuerdos
Tanto Muñoz como Rozados e Izrastzoff no anticipan una fuerte escalada en el valor del metro cuadrado. La demanda de créditos UVA tampoco cambiaría esta ecuación. «El precio del metro cuadrado sube todos los años. Eso ocurre porque hay un mercado que está todo el tiempo elevando el valor del suelo», apuntó Muñoz y advirtió: «No hay demanda de créditos UVA. Hay muchas consultas vía web que el Gobierno lo toma como demanda. Escrituras hay pocas».
Para Rozados, sí hay mayor demanda por UVA, pero «en el corto plazo, hay una oferta que tiende a equilibrar porque muchas unidades están volcadas al alquiler y originalmente fueron hechas para la venta». Sin embargo, advirtió que «lo peor que puede suceder es aumentar por expectativa, anticiparse. Eso provoca alargar los tiempos de comercialización, que las propiedades no se vendan por estos aumentos. Aumentar por las dudas es siempre muy negativo. Sí puede ocurrir en un mediano o largo plazo, si la tendencia se mantiene, es que empiece a haber una demanda que supere a la oferta y ésta empiece a tender a que los precios suban. Al menos, hasta que se incorpore más oferta y se equilibre».