Si bien las tarifas de servicios públicos esenciales están congeladas hasta el 31 de diciembre, especialistas advierten que podrán verse en invierno facturas con montos elevados. Las causas principales son el mayor consumo de energía propio de la estación, los ajustes que las empresas pueden realizar al revisar el consumo de los últimos meses y la sobrefacturación que habrían realizado las distribuidoras, según denuncian organismos de defensa al consumidor. Además, en estos meses terminará de impactar en la boleta de gas el último aumento dispuesto por el macrismo, el año pasado. Y todo ello en medio del incremento del consumo por la mayor permanencia en los hogares por la cuarentena.
Esto se traducirá, de manera inevitable, en boletas de luz y gas más abultadas.
Desde la imposición de la cuarentena, las empresas de luz y gas no pudieron enviar a sus empleados a realizar la lectura de los medidores. Entonces, para facturar los últimos meses, debieron calcular un consumo estimado. Para esto, debían tener en cuenta el menor consumo de cada usuario en el período en cuestión, en los últimos tres años. Ahora, sí pueden salir a controlar consumo, lo cual acarrea algunas complicaciones.
Por un lado, si el cálculo estimado en los meses anteriores es menor al real, la empresa tiene derecho a cobrar la diferencia. Por ejemplo, si en el bimestre anterior la factura fue de $ 1500 pero debió ser de $ 2000, la empresa puede cobrar los $ 500 de diferencia. Llegado el caso, deberá hacerlo en tres cuotas, a partir de septiembre.
Por otra parte, organizaciones de defensa al consumidor denuncian que hubo sobrefacturación en las boletas de luz. «No se tuvo en cuenta que el cálculo estimado debía ser sobre el menor consumo y han hecho cálculos teniendo en cuenta los consumos más altos. En comercio, además, no se podía usar estimación porque los negocios estaban cerrados o trabajando menos. Esto tampoco se respetó», aseguró Claudio Boada, de la Unión de Usuarios y Consumidores.
Para Adrián Ganino, director de Comercio y Defensa al Consumidor de la Municipalidad de San Martín, las empresas no actúan con buena fe: «Al no haber aumentos desde fines del año pasado y sin poder cortar el servicio, jugaron con las estimaciones, hicieron cálculos altos y, si pasa, pasa. No sólo ocurre en San Martín, sino que en muchos municipios está el mismo problema con Edenor y Edesur».
Un caso testigo de San Martín es el de una usuaria de apellido Petrucelli, quien recibió una factura de Edenor por 38 mil pesos. Ante el reclamo realizado, le redujeron la factura a $ 666. «Si la gente no reclama, pasa de largo. Y las vías de contacto no responden. Los locales comerciales no están abiertos por el aislamiento y los 0800 están colapsados. La app tampoco recibe reclamo y por mail no hay», resumió Ganino, y agregó: «Por tanto, todos los reclamos nos llegan a nosotros y hacemos lo posible».
Por si fuera poco, también hay planteos con la categoría de cada usuario. «Antes, la categoría tomaba el consumo anual y ahora es mensual. Eso puede generar saltos. Si en un mes tenés un consumo más alto, podés pasar a una categoría más alta. Así, en un mes podés pasar de un cargo fijo de $ 200 a uno de $ 1500», advirtió.
Boada hizo un cálculo elocuente: «Sólo con $ 150 de más en la factura, en apenas el 10% de los usuarios, estamos hablando de $ 70 millones que se lleva la empresa de manera ilegal».
En el caso de la boleta de gas, la especialista Fernanda Lacey advirtió sobre el último regalito tarifario de la era Macri. A mediados del año pasado, con las elecciones presidenciales en el horizonte, el macrismo lanzó el «plan alivio», que consistió en descontar un 22% en la tarifa de gas de invierno y volcarlo a los meses de verano. Esto ocurrió y la última cuota de ese prorrateo ya se pagó. Ahora, en este invierno, se pagará ese 22% completo.
«Ese diferimiento se pagó en cinco cuotas desde enero. Es un aumento del año pasado que lo vamos a visualizar este año de manera completa, aun si los usuarios consumieran lo mismo», advirtió Lacey y agregó: «Desde las asociaciones venimos pidiendo hacer rato que se retrotraigan las tarifas, no sólo que se congelen».