El ministro de Agricultura, Julián Domínguez, recorrió las provincias de Santa Fe y Entre Ríos, donde supervisó, junto con los gobernadores Omar Perotti y Gustavo Bordet, el estado de situación de campos y comunas afectados por el estrés hídrico.

El ministro aseguró que el de la sequía «es un tema que monitoreamos permanentemente. El objetivo es la actualización del fondo de emergencia para que sea nuevamente un instrumento de respuesta rápida ante las pérdidas”.

Días atrás, Domínguez mantuvo un encuentro con el jefe de Gabinete, Juan Manzur, durante el cual se acordó reactivar el fondo de emergencia destinado a auxiliar a productores afectados por eventos climáticos. Domínguez agregó: «Estamos en el proceso de evaluación de las pérdidas».

Según el portal Agrofy, Domínguez y el secretario de Agricultura, Matías Lestani, calcularon que el ajuste de ese fondo lo llevará a 12.500 millones de pesos. “Es lo que hemos pedido para este año, así podemos trabajar con las provincias en su instrumentación”, agregó el ministro.

Para que se active el fondo, las provincias deben convocar a los respectivos comités de emergencia para hacer la evaluación del impacto de la sequía. El dinero a cada productor irá destinado a capital de trabajo.

En el sector advierten que las pérdidas de cosecha por la sequía podrían ser muy importantes. En el caso del maíz, hay dudas con que las lluvias de la semana que viene sean suficientes como para revertir el fuerte deterioro de los cultivos, según comentó la Bolsa de Comercio de Rosario. Esa entidad calculó que la pérdida de cosecha podría orillar las 9 toneladas para el caso de la soja y las 8 millones para el maíz. En pesos, representaría unos $ 300 mil millones. Y el Estado dejaría de recaudar unos $ 150 mil millones en retenciones. La sequía podría transformarse en un «cisne negro» para la Argentina en 2022. «