Este lunes Jacob Lew comenzó en Buenos Aires su última gira por América Latina como secretario del Tesoro de los Estados Unidos. Dentro de pocos meses abandonará el cargo junto al presidente Barack Obama, el mismo que lo tuvo en su primer mandato como jefe de Gabinete. En la segunda presidencia decidió ponerlo al frente del ministerio contiguo a la Casa Blanca con la misión de aplicar un ajuste que no ponga en riesgo al programa de salud pública Medicare.
Su paso por Buenos Aires duró 24 horas, pero alcanzaron para que el funcionario se reuniera con el presidente Mauricio Macri antes de su partida a Colombia y poco después con el ministro de Hacienda y Finanzas Alfonso Prat Gay. El funcionario confirmó la firma de un acuerdo de cooperación fiscal entre Washington y Buenos Aires para respaldar el blanqueo impositivo que impulsa el gobierno argentino, con un posible intercambio de información fiscal entre ambos países, un tema sensible para el empresariado local que fuga sus capitales hacia plazas financieras norteamericanas.
«Hemos defendido estos acuerdos asegurándonos de que hagan sus tareas, pero no al punto de esconder información a las autoridades», contestó Lew cuando le consultaron sobre la preocupación de los empresarios ante la posible violación de información privada.
«Es cierto que necesitamos que lo apruebe el Congreso, pero estamos explorando otras opciones que se puedan aplicar de aquí a cuatro meses», precisó el funcionario ante un auditorio de 300 personas en la Universidad Torcuato Di Tella. De ese modo Lew deslizó, ante las preguntas del público, que la administración Obama podría avanzar en una serie de intercambios fiscales con Argentina antes de fin de año. «La semana que viene mandaremos un equipo y quisiera avanzar con buen ritmo para encontrar un término intermedio. Para mi, cuatro meses es un buen plazo», detalló el hombre que entre sus funciones se desempeñó como ejecutivo del Citigroup, antes de trabajar como jefe de Gabinete de Obama.
«Con el presidente Macri y con Prat Gay hablamos de cómo colaborar para entregar información y firmar un tratado de cooperación fiscal. Creo que la gente tiene que pagar los impuestos, pero el blanqueo es un abordaje para que lo hagan. Creo que hay que utlizar esta ley para abordar mejores costos sociales, porque alguien los tiene que pagar», dijo Lew.
No fue la única señal que disparó el economista que lleva 30 años dentro del partido Demócrata. También reconoció urgencias locales con respecto a la calificación crediticia de la Argentina, pero advirtió que llevará tiempo para que el país mejore esa estimación, aún luego de la renegociación con los fondos buitre. «Hay que recordar que Argentina reingresó hace pocos meses al mercado de capitales y creo que el endeudamiento requerido ya está disponible», le contestó a la ex funcionaria Beatriz Nofal, cuando la mujer le pidió precisiones sobre la pésima calificación para acceder a los préstamos internacionales. En su respuesta, Lew no dejó dudas: Estados Unidos levantó las restricciones para el país a los mercados de crédito desde el acuerdo con los fondos buitre, pero el endeudamiento disponible será más caro gracias a la mala calificación.
Argentina tiene una transición que llevará tiempo para que sea sustentable, pero tenemos que pensar que hace un año no tenía acceso al mercado de capitales. Eso no debe ser un justificativo para hacer mucha deuda sobre la que ofrece el mercado. Una acumulación de esa deuda sería un problema para la Argentina. Creo que la visita del FMI por el artículo cuarto evitará que eso pase, dijo el funcionario en otro tramo de la conferencia, luego de reconocer que en el país «hay un período de ajuste, pero tienen que demostrar la duración del cambio».
Sobre sus intercambios con Macri y Prat Gay, Lew contó que pudo apreciar «un amplio rango de reformas y el ritmo de implementación será lo más rápido posible siempre que se preserve la trama social, pero vi a los funcionarios preocupados por este tema».
Lew es considerado uno de los asesores más influyentes de Obama y su llegada a Buenos Aires forma parte de los casi 50 funcionarios de los Estados Unidos que realizan visitas oficiales de trabajo desde que Mauricio Macri asumió la presidencia el 10 de diciembre pasado.
Tras la visita por Buenos Aires, el funcionario de la Casa Blanca visitará Brasilia y el Distrito Federal de México.