Las empresas que operan en el mercado de consumo masivo llegaron al primer fin de semana de la cuarentena operando contrarreloj para asegurar el abastecimiento con resultados parciales según la región del país y preparándose para las inspecciones de precios que adelantó el miércoles el gobierno nacional y que anticipan como el tema número uno de la agenda de la semana que arranca.
Fuentes de la industria y el comercio informaron que los canales comerciales del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) fueron provistos con normalidad en el primer tramo de la emergencia sanitaria, pero reconocieron que hubo problemas logísticos para llegar con la producción a provincias del interior del país, a la par de obstáculos para atravesar las fronteras de Brasil y Chile.
Los comercios de proximidad barrial son los que a priori aparecen como los más accesibles para una población limitada en términos de circulación. Pero justamente esos comercios denunciaron problemas con el abastecimiento en la cadena de supermercados mayoristas que afectaron el acopio necesario para cumplir con la demanda.
El presidente de la Coordinadora de Industrias de Productos Alimenticios (Copal), Daniel Funes de Rioja, aseguró a Tiempo que este viernes las fábricas entregaban mercaderías sin problemas y que el abastecimiento estaba garantizado, por lo que también desalentó al público a concurrir masivamente a los comercios.
El argumento es que la industria alimenticia opera al 50% de sus posibilidades por la recesión económica, lo que supone que cuenta con un potencial significativo para cubrir el mercado.
Sin embargo Funes de Rioja consignó que la circulación de las mercancías tiene problemas para llegar a las provincias más alejadas del AMBA. El empresario mencionó “problemas interjurisdiccionales” que obligan a detener los camiones en las rutas. La Federación de Empresas del Autotransporte de Cargas (Fadeeac) confirmó el dato a este medio y agregó que en algunos casos se trata de simples controles sanitarios a los choferes.
Las provincias con problemas son San Juan, San Luis, Santiago del Estero, Santa Fe, Tucumán, Salta y Jujuy, aunque los camiones también tuvieron problemas para cruzar hacia Chile y Brasil, aseguró el titular de Copal.
Este último problema preocupa a algunas empresas alimenticias cuya producción depende de importaciones, por ejemplo de cacao. “Estamos mirando a la Aduana para agilizar un poco”, dijo Funes de Rioja, quien también mencionó sobre una falta de farináceos que atribuyó al fenómeno de consumo de los últimos días pero que, aseguró, será cubierta por los molinos en las próximas horas.
En el eslabón del comercio minorista las noticias también fueron dispares. Una de las grandes cadenas de supermercados con presencia importante en Capital Federal y Gran Buenos Aires destacó a Tiempo que las bocas pudieron abrir normalmente, igual que su centro productivo y su aparato de distribución, y que los empleados pudieron trabajar si bien en algunos casos se registraron demoras en los ingresos por limitaciones de transporte.
La contracara es la de los comercios más chicos, que son justamente los más numerosos, los que abarcan la proporción más importante de la demanda y los más cercanos a los barrios y por lo tanto los más accesibles para las personas que están obligadas a acatar la limitación de la circulación.
Fernando Savore, presidente de la Confederación General Almacenera (CGA), lamentó que ese segmento está en problemas con los mayoristas que son los proveedores del 80% de lo que compran y venden. El problema puntual es que los mayoristas no habilitan un canal diferencial para los almaceneros y propietarios de pequeños autoservicios, lo que estaría ocasionando demoras para esta actividad.
“Cuando vamos a comprar nos encontramos con colas importantes de consumidores finales y eso ralentiza las operaciones y el traslado de la mercadería a las bocas de expendio”, explicó Savore, quien anticipó que si continúa el problema, el desabastecimiento en los almacenes sucederá en cuestión de días. Para evitar esa situación, pidió “un acceso preferencial para poder manejar nuestra dinámica como siempre, comprar lo que necesitamos y abastecer nuestras góndolas con la celeridad necesaria para responderle al cliente. A diferencia de los supermercados, no tenemos depósitos”, comparó.
Expectativa por los controles
Al lanzar la nueva lista de 50 categorías de precios máximos esta semana, el gobierno advirtió que será “inflexible” para asegurar el cumplimiento por parte de las empresas en el marco de la crisis sanitaria del coronavirus.
Los grandes supermercados están muy atentos a esa advertencia y piensan que será el gran eje en la semana que empieza hoy. Las fuentes consultadas del sector aseguraron que las negociaciones para confeccionar la nueva lista de precios fueron cordiales, pero voceros de otros sectores aseguraron que las conversaciones no fueron fáciles.
El propio Alberto Fernández venía de quejarse por el tema frente a empresarios en el almuerzo que compartió con el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp) el 6 de marzo, una semana antes de que estallara a nivel local la cuestión del Covid-19. Los aumentos que denunciaron los consumidores en los últimos días terminaron de encender los ánimos gubernamentales, fundamentalmente en el Ministerio de Producción y la Secretaría de Comercio Interior y eso se trasladó a la mesa de negociación.