El ministerio de Trabajo de la Nación publica, desde el año 1996, la Encuesta de indicadores Laborales (EIL) mediante la cual releva la opinión de más de 3.500 empresas representativas de un universo de alrededor de 63 mil empresas de distintos tamaños, sectores y distribución geográfica.
La muestra, a su vez, es representativa de lo que hacen y opinan los empleadores de 3,2 millones de trabajadores.
Allí, además de indagar en concreto cuál de ellas incorporó nuevo personal y cuál, por el contrario, generó bajas durante el mes anterior, se consulta cuáles son las intenciones para el período de tres meses posteriores al relevamiento.
Ese indicador, conocido como de expectativas netas de empleo, presentó en el informe de abril el peor resultado entre los registros disponibles que datan desde junio de 2004.
Es que el dato, que surge de restar el porcentaje de empresas que reconocen que reducirán puestos de trabajo sobre aquellas que aseguran que incorporarán trabajadores, arrojó un -6,5%.
A pesar de la vigencia del decreto de doble indemnización publicado en diciembre de 2019 y con vigencia hasta junio de este año y del DNU 329/20 publicado el 1° de abril y que prohíbe taxativamente las cesantías, el 7,2% de los empresarios declaró que reducirá su plantilla mientras que solo un 0,8% cree que incorporará personal.
Es menester aclarar que el relevamiento se realizó durante los días posteriores a la publicación del DNU 329/20 y que el universo _y la muestra_ sobre el que se realiza el relevamiento está compuesto por empresas con sus trabajadores registrados.
Los técnicos que elaboran el informe destacan que, de todas formas, “el 92% de las empresas encuestadas indicó que espera mantener su dotación” lo que resulta “un nivel elevado en relación a la serie histórica”.
El -6,5% no solo resulta el peor dato de la serie histórica sino que, además, casi triplica el valor que lo sigue en la serie histórica, el -2,3% de enero de 2019 cuando, un 7,8% de las empresas habían manifestado su intención de reducir personal aunque un 5,8% se había manifestado en un sentido inverso generando ese resultado neto.
Es válido aclarar que, según el análisis de los técnicos de la EIL, para que un mercado de trabajo sea considerado ‘saludable’ ese guarismo debe ubicarse entre un 3% y un 6% positivo, algo que no ocurre desde mayo de 2018.
En la misma publicación que realiza mensualmente la cartera laboral se indica que “el mercado de trabajo muestra un escenario desfavorable” ya que “el nivel de empleo registrado del sector privado tuvo una caída de 0,5% en relación al mes anterior” en relación a la parte del relevamiento que se refiere a lo que efectivamente hicieron las empresas durante el mes anterior al operativo.
Para la cartera laboral “es la mayor contracción mensual de los meses de marzo desde el año 2002”.
A la vez recordaron que, “en marzo de 2009, con la crisis internacional como escenario se registró una caída similar, apenas menor a la actual”.
El análisis destaca que el relevamiento se realizó “en el mes en que se implementa el aislamiento social preventivo y obligatorio declarado en el marco de la pandemia del COVID19 oficializado el 20 de marzo” y que “no cabe duda que esto impactó en las decisiones empresarias de contratación de personal”.
En marzo, destacan, “la tasa de entrada registró el nivel más bajo de los meses de marzo de los últimos 18 años (1,4), y fue la primera vez, desde entonces, que el nivel de incorporaciones de marzo resulta inferior al de febrero”.