El perfil de la deuda pública argentina no mejoró y en algunos aspectos incluso empeoró, a pesar de la asistencia técnica y financiera del Fondo Monetario Internacional. En particular, aumentó el volumen adeudado y su proporción sobre el PBI, mientras que sigue siendo muy alta la parte nominada en moneda extranjera, que podría sufrir un fuerte impacto en el caso de una nueva devaluación.
Las conclusiones surgen de los informes difundidos por la Secretaría de Finanzas, que revelan que el total de la deuda de la administración central era de U$S 337.235 millones al 30 de junio. La cifra supera en unos 12 mil millones de dólares a la del trimestre anterior.
La variación tiene una explicación: en ese trimestre ingresaron U$S 10.829 millones del FMI que serán utilizados para vencimientos que caen fuera de ese período. Si se excluye ese factor, el crecimiento no es significativo.
En cambio, una luz de alerta es entregada por el alto peso de las obligaciones en otras monedas. El 76,6% de los títulos y letras está expresado en dólares, euros y otras denominaciones, lo que se traduce en que la carga de todos ellos se volvería mucho más pesada ante cualquier variación del tipo de cambio o episodios de volatilidad como los vividos en el último año. Hasta mediados de 2018, su importancia en el total de la deuda se mantenía cercana al 68%. Fue precisamente la devaluación que comenzó a fines de abril de ese año la que hizo crecer su ponderación, ya que licuó el valor en dólares de las obligaciones contraídas en moneda local.
De la misma manera, el informe oficial indica que la relación entre la deuda y el Producto Bruto Interno trepó en marzo (último dato disponible) al 88,5%, dos puntos y medio más que en diciembre. Aquí la explicación tiene que ver con la recesión económica, que sigue erosionando día a día el PBI. El indicador es seguido muy de cerca porque es un reflejo del esfuerzo que le demandaría al país hacer frente a sus compromisos, al compararlos con sus posibilidades productivas.
La combinación de esos elementos con otros números no muy halagüeños, como la baja relación (15%) entre exportaciones y PBI, que habla de la dificultad de conseguir divisas genuinas, preocupa al Fondo Monetario Internacional. Sus economistas no dejaron de observarlo en el informe que elevaron al directorio del organismo, en el marco de la cuarta revisión al programa stand by acordado con el gobierno de Mauricio Macri. El texto señala que «hay significativos riesgos en la sustentabilidad de la deuda» y entre ellos citan «la gran proporción en moneda extranjera, la que convierte a la dinámica de la deuda de Argentina en sensible a los movimientos del tipo de cambio real». En uno de sus habituales ejercicios de laboratorio, los técnicos calcularon qué pasaría si hubiese una depreciación de la moneda del 50% y que sólo una cuarta parte de ese efecto se trasladara a los precios. La conclusión fue que la deuda saltaría a cerca del 115% del PBI.
A ello le agregaron otros elementos que podrían enturbiar el panorama, como «la posibilidad de ataques de mercado por la turbulencia en el período preelectoral» y las «altas necesidades de financiamiento de la economía». Este último es otro factor de debilidad, fruto de la concentración de vencimientos en el corto plazo: se estima que la brecha a cubrir este año es del 15,8% del PBI y que en el quinquenio 2020-2024 se mantendrá en el orden del 12% del producto.
La contrapartida de estas urgencias es el rollover, la refinanciación de vencimientos a través de la emisión de nuevos títulos de corto plazo, con la exigencia de una recompensa tentadora para que los inversores originales acepten renovar su colocación. En ese sentido, la deuda a menos de un año, básicamente compuesta por Letes y Lecap, supera los U$S 23 mil millones, y la tasa de rollover necesaria para cubrir el resto de los vencimientos creció a 75%, estiman los auditores del Fondo.
Tan vidrioso es el panorama para el corto y mediano plazo, que el propio FMI teme por la recuperación de sus acreencias, que después del desembolso de esta última semana ya totalizan U$S 45 mil millones. «La exposición del Fondo en términos de servicios de la deuda permanecen en el extremo más alto… Los indicadores del crédito del FMI también se han deteriorado desde la tercera revisión», reconocen. «
La Anses tuvo que ayudar a cubrir los pagos de junio
Diversos sectores del Estado volvieron a socorrer al Tesoro para afrontar los pagos de la deuda del mes de junio. Así lo reveló el informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC).
En particular, el Fondo de Garantía de Sustentabilidad, que depende de la Anses, suscribió dos Letes en dólares, con vencimiento en octubre de este año y en enero de 2020, por un total de U$S 957 millones. Además, se realizó una colocación directa a la provincia de Buenos Aires de dos Lecap por $ 4537 millones.
Estos ingresos ayudaron a cubrir los servicios de la deuda, que en junio insumieron un total de U$S 7543 millones. De ese monto, U$S 6269 millones correspondieron a pagos de capital y el resto a intereses.
Las principales amortizaciones del mes fueron el vencimiento de Lecap por el equivalente a U$S 2121 millones, otros U$S 1826 millones por Letes y el pago del Bonar dual 2019 por el equivalente a U$S 1036 millones. Además, se amortizaron Letes suscriptas por la provincia de Buenos Aires por un total de U$S 500 millones.
En cuanto a los U$S 1274 millones abonados en concepto de intereses, el 72% se realizó en pesos y el resto en moneda extranjera.
Según la OPC, la dependencia del Congreso que sirve de respaldo y asesoramiento al Poder Legislativo en todo lo vinculado a la deuda pública y el presupuesto nacional, la manera de abonar estas obligaciones fue utilizar los fondos obtenidos en otras licitaciones, calzadas en el calendario unos días antes de los respectivos vencimientos. Así se colocaron Letes por U$S 2216 millones, Lecap por U$S 2271 millones y Lelink por U$S 237 millones. Los títulos y préstamos ingresados durante el mes de junio totalizaron U$S 7729 millones.
El mecanismo de refinanciación de los compromisos se repitió esta última semana con dos nuevas emisiones de Letes y Lecap. Por las primeras, emitidas en moneda extranjera, se lograron recaudar U$S 900 millones, y por las segundas, en moneda local, ingresaron al Tesoro $ 74 mil millones. Una tanda de estas últimas vencerá recién en mayo del año que viene y para lograr la aceptación de los inversores, Hacienda debió convalidar una tasa de interés de 61 por ciento. «