Por una mayor cantidad de personas que salieron a buscar trabajo y una menor oferta de empleos, la desocupación alcanzó a 2,3 millones de personas en el primer trimestre de este año. Este dato incluye los últimos 15 días de marzo, cuando comenzó a restringirse el movimiento de personas y de actividades hasta la declaración de la cuarentena, a partir del jueves 20 de ese mes.
“En el primer trimestre de 2020, el impacto de las restricciones impuestas en el marco de la pandemia de la Covid-19 fueron incipientes en la dinámica del mercado laboral”, destacó el Indec.
El organismo oficial informó este martes que el desempleo alcanzó al 10,4% de la población económicamente activa (PEA) en el primer trimestre de 2020. El número es 0,3 punto porcentual superior al de un año atrás. En total, los trabajadores desocupados suman casi 1.400.000 y extrapolando la relación a la población total, arroja unos 2,3 millones de desocupados plenos.
Hay que tener en cuenta que el Indec mide el nivel del empleo en 31 aglomerados urbanos de todo el país, en los que viven 28,5 millones de personas. Los analistas suelen extrapolar todas las cifras y las tasas vinculadas al nivel de los 44 millones de argentinos.
Quiénes y dónde
¿En qué segementos de población y sectores económicos se perdió empleo? El Indec indicó que “la reducción en la tasa de empleo se verificó con mayor incidencia en mujeres jóvenes (14 a 29 años) y en varones de entre 30 y 64 años. También entre quienes registran niveles educativos altos y entre los que se ocupan en el sector privado. Las ramas de actividad en las que se observa mayor reducción de la tasa (de empleo) son Construcción, Transporte, almacenamiento y comunicaciones, Enseñanza y Servicios sociales y de salud.
La contacara de la pérdida de empleo es la suba del desempleo. El organismo oficial informó que “la tasa de desocupación se incrementó principalmente entre quienes tenían una ocupación anterior y, en términos de tiempo de búsqueda, crecieron especialmente quienes llevan de 3 a 6 meses buscando empleo”. En ese sentido, “se verificó una suba en la participación, dentro de la población desocupada, de aquellos que en su última ocupación eran no asalariados, así como de quienes provienen de ocupaciones de calificación operativa”. Esto refleja la pérdida de trabajo en las personas que ya estaban precarizadas y hacen changas para vivir. La crisis económica prepandemia venía golpeando con fuerza a todo el sector de trabajadores informales. Esa tendencia se acentuó en los primeros tres meses de este año.
Según la consultora LCG, “la suba interanual del desempleo responde al hecho combinado de una mayor cantidad de trabajadores dentro del mercado laboral (es decir, que abandonaron su condición de inactividad) en paralelo con un menor nivel de ocupación”.
LCG observó que se incrementó la población económicamente activa y que ello “en un contexto recesivo suele reflejar la necesidad de los hogares de complementar ingresos. Ante el freno económico, es probable que más personas de una misma familia se vuelquen al mercado en busca de un trabajo. Si no encuentran empleo, se suman a los desocupados, explicando la suba del desempleo”.
La tasa de actividad, es decir, la proporción de población económicamente activa (ocupada o desocupada) respecto de la población total, que el Indec calculó en el 47,1%, fue la más alta de los últimos cinco años para un primer trimestre.
En tanto, la tasa de ocupación (la relación entre población ocupada y la pobación total) acumuló dos años consecutivos de caídas para los primeros trimestres. Esto quiere decir que la creación de empleo está en niveles bajos y no tiene capacidad de absorber a todos los que demandan un puesto de trabajo.
De allí que sólo se verificó un aumento en la tasa de empleo en el primer trimestre de 2020 en la región Noreste, mienras que cayó en el resto del país.
En el Gran Buenos Aires la desocupación llegó al a 12,4% mientras que en la Ciudad de Buenos Aires la tasa fue del 8,5 por ciento. Así, el AMBA arrojó un 11,5% de desocupación en el primer trimestre.
El ranking de las urbes con mayor desocupación lo enbezó el eje Gran Tucumán-Tafi Viejo, con un 13,1%; seguido por Rosario, con el 12,9%; Ushuaia y Río Grande, con el 12,4%. AMBA y el eje San Nicolás y Villa Constitución mostraron el mismo nivel, del 11,5 por ciento.
Los menores índices de desocupación se anotaron en Posadas, con el 2,4%; La Rioja, 2,7%, al igual que Viedma y Carmen de Patagones; San Luis, 2,8%; y San Juan 3,3 por ciento.
Lo que viene
En la consultora LCG consideraron que “a pesar de los esfuerzos fiscales y los estímulos de política económica para que las empresas mantengan los niveles de empleo, parece inevitable que el desempleo vuelva a crecer este año también”.
Agregaron que “el mercado de trabajo seguirá moviéndose en la dirección menos deseada: alta participación (de personas buscando empleo) en paralelo con escasa demanda laboral en los sectores todavía activos y destrucción de empleo en los sectores que sufrieron el prolongado parate económico”.
Si se mantiene el nivel de personas buscando trabajo y la baja creación de empleo, LCG calcula que el nivel de desocupación podría alcanzar al 15% en el segundo trimestre del año, el que va de abril a junio y que ha sido impactado de lleno por la pandemia y la cuarentena.