Si Ricardo Zielinski no hubiera sido futbolista, asegura que se habría dedicado a la medicina. Sus hijos, Jair Ricardo y Lucas Ricardo, hicieron el camino inverso: intentaron en las inferiores de Lanús pero finalmente se recibieron de médicos. Por eso, en estos días de aislamiento por el coronavirus, el entrenador de Atlético Tucumán anda más preocupado por la salud de sus hijos y de su familia que por el regreso del fútbol. “Apenas se suspendió el torneo nos vinimos para mi casa, en Lanús, porque sabíamos que se iba a poner complicada la cosa. El fútbol, en estos momentos, pasa a un segundo plano”, dice el técnico que, como cuando dirigía a Belgrano en la Promoción de 2011, volvió a amargar a River con la igualdad 1-1 en la última fecha de la Superliga que ganó Boca.
-¿Cómo hacés tu trabajo en estos días de cuarentena?
-Nosotros somos de la poca gente que hace lo que nos gusta. Eso es un aliciente. Hacemos un seguimiento diario de los jugadores. El profe se comunica con los futbolistas todos los días, manda su rutina por video, con la inventiva para adaptarse a la situación que cada jugador tiene en su casa, pero estamos en la misma incertidumbre que todos. El ser una persona del Ascenso me dio la paciencia para manejarme cuando no tenés presupuesto o elementos. Con poco tenés que armar una buena expectativa. Y eso tratamos de hacer hoy.
-Muchos clubes europeos ya tomaron como determinación el recorte de salarios de los planteles profesionales. ¿Creés que esa situación va a llegar también a la Argentina?
-Va a llegar, claro. Pero hoy no es lo importante. En todo caso intentaremos resolverlo desde el sentido común cuando sea el momento. Tengo jugadores a los que este aislamiento los perjudica desde lo humano: ahora estoy pendiente de eso. Más adelante vendrán esos temas pero hoy hay otras prioridades. Es difícil en este momento tomar una posición porque son situaciones excepcionales.
-¿Cómo ocupás el tiempo sin salir de tu casa y sin la rutina de entrenar?
-Estoy leyendo, tratando de ver partidos, de analizar los últimos que hemos jugado. Estos son momentos de mucho replanteo, que te hacen reflexionar algunas cosas para mejorar porque cuando parás un poco la pelota aparecen estas ideas. Hay situaciones que, si vos jugás tres partidos por semana, no llegás a desglosarlas. Como estamos todos en esta misma situación, se aprovecha para tener contacto con otra gente, para intercambiar trabajos, ideas.
-Sin embargo ya llevás varios años de trabajo en Primera y pareciera que tenés un sello definido.
-No, la verdad que no. No creo que en todos los lugares podés jugar de la misma forma: la diferencia en el fútbol la hacen los jugadores. Tenemos tres o cuatro pautas que las deben tener todos los equipos. No hay una verdad absoluta, o por lo menos no soy de la idea que uno tiene que jugar de una manera más allá de los jugadores que tenga. A veces somos ofensivos, a veces presionamos arriba, a veces jugamos de contragolpe: las características de los equipos mutan porque un sistema no te hace ganar los partidos.
-En los últimos diez años sólo dirigiste a Belgrano, Racing y Atlético Tucumán y estuviste unos meses sin club, una rareza en el fútbol argentino. ¿Creés que se te valora poco?
-El entrenador dura en un lugar porque se le dan los resultados. Por más ganas que tenga un dirigente de sostenerte, si el equipo va mal, volás. Los últimos cuatro años Atlético Tucumán jugó tres veces la Libertadores, dos la Sudamericana, llegó a la final de la Copa Argentina, todo con un presupuesto muy austero. Si lo hubiera hecho con un equipo de Buenos Aires estarían hablando de otra manera. Los grandes de Buenos AIres tienen una deuda importante con el Interior. Siempre se habla de las provincias, del federalismo, pero cada vez hay más diferencia. Ojalá el federalismo deje de ser una palabra para pasar a ser una realidad.
-Debutaste como jugador en 1979, en San Telmo. Vas 40 años de fútbol en todas las categorías. ¿Cuál es el mayor cambio que notás en este tiempo?
-El fútbol es tan dinámico que cambia permanentemente. Lo fundamental es cómo se ha mejorado el profesionalismo, desde lo físico, la alimentación, los detalles. Por eso siempre hay que estar actualizado, porque no podés entrar tarde a las modificaciones. Ahora cambian los reglamentos, ingresa el VAR, que distorsiona el fútbol porque lo hace dependiente de la tecnología, y creo que la tecnología tiene que ayudar, no hacerlo transitar al fútbol por lugares que no son propios del fútbol. Prefiero que haya errores y no que se distorsione un partido entero porque tardan tanto por un offside.