Este domingo, el campeonato argentino -pomposamente llamado por algunos “Liga Profesional de Fútbol Argentino” y por otros “la liga de los campeones del mundo”- tendrá un nuevo campeón y no será Boca (cinco), River (dos) y Racing (una), campeones de las ligas semilargas en la última década: Vélez (48 puntos, +20) enfrentará a Huracán (46, +12) en el José Amalfitani (arbitraje de Facundo Tello), y Talleres de Córdoba (48, +9) recibirá a Newell’s en el Mario Kempes (Yael Falcón Pérez). La Liga, en caso de igualdad de puntos, se definirá por diferencia de gol. Vélez, Huracán o Talleres, así, cortará la pauta que marcaba que las ligas -los torneos “largos”, aunque sin ida y vuelta- eran para los “grandes”, y las copas nacionales -Copa de la Liga y Argentina-, una posibilidad más al alcance para los “medianos” y los “chicos”. Los equipos sobre la cancha, los hinchas locales en las tribunas -los de Vélez y los de Talleres- y los demás -sobre todo los de Huracán- en cualquier rincón; no hay nada mejor desde las 19:30: Liga para tres, la última Liga al menos hasta 2026, ya que no habrá en 2025 porque el siguiente calendario central del fútbol argentino tendrá dos Copa de la Liga, con 15 equipos en dos zonas y, desde ahí, de octavos a final.

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El último campeón de liga no “grande” fue Lanús en el Campeonato de Primera División 2016, pero -ya con 30 equipos, cantidad que volverá a partir de 2025 porque el fútbol argentino es cíclico- se jugó en dos zonas de 15 -no lo sabíamos en ese momento, era una proto Copa de la Liga- y los ganadores se enfrentaron en una final (Lanús goleó 4-0 a San Lorenzo en el Monumental). Si rastreamos entre las últimas ligas con campeones no “grandes”, ahí aparecen Newell’s, campeón del Torneo Final 2013, y Vélez, campeón del Inicial 2012, torneos de liga con 19 fechas porque había 20 equipos.

En un mal año de “Bover” (tras 40 partidos para la tabla anual, River conocerá recién en la última fecha si se clasifica directo a los grupos de la Copa Libertadores o a la fase previa, y Boca si se mete en la previa o va sin escala a la Sudamericana), es el tiempo de Vélez, Huracán y Talleres. Si durante los años considerados como “profesionalismo” Vélez ganó diez ligas (una de ellas, de solo un partido, en 2013) y Huracán una (Metropolitano 1973), Talleres nunca ganó un campeonato argentino. Es, sí, el único afiliado indirectamente a la AFA que llegó a la última fecha de un torneo de Primera con chances de ser campeón (Apertura 2000). Si la Copa de la Liga 2024 se la llevó Estudiantes de La Plata por penales tras el 1-1 en la final ante Vélez, hoy puede ser el turno de Talleres. Juan Sebastián Verón y Andrés Fassi, presidentes del Pincha y de la T, fueron críticos de la gestión de Claudio “Chiqui” Tapia en la AFA. Se manifestaron a favor del ingreso de capitales extranjeros a los clubes del fútbol argentino y, en el caso de Fassi, de las sociedades anónimas deportivas. “Hay árbitros serviles enviados para perjudicar”, había lanzado Fassi en septiembre, en una conferencia de prensa explosiva después de que Talleres fuera eliminado por Boca de la Copa Argentina. Fassi, ahora, se mantiene en silencio.

Vélez no depende de ningún resultado -si gana es campeón- y hasta podría serlo sin ganar. También fue el equipo más regular, el que sostuvo acaso el mejor juego durante 2024, pero puede quedarse con las manos vacías. El 5 de mayo perdió la final de la Copa de la Liga. Y el miércoles pasado, ante Central Córdoba de Santiago del Estero, la de la Copa Argentina. El asunto es si será capaz de detener la caída. El fútbol es el único deporte en el que se puede hacer casi todo bien y perder (y hacer casi todo mal y ganar). Y aquí, el morbo y el revival: Vélez y Huracán reeditarán la última fecha del Clausura 2009, que se definió con el 1-0 de Vélez en el Amalfitani, entre polémicas y fantasmas que aún vibran. Sin Ángel Cappa como DT y el toque de aquel equipo –pero con la silueta de César Luis Menotti en la camiseta luego de su muerte en mayo pasado-, Huracán creció como colectivo, aunque nunca pudo dar el salto, sea por falta de calidad o de ambición. En concreto, ni Vélez ni Huracán ni Talleres se armaron para pelear títulos (Talleres, es más, dejó ir piezas claves antes de jugar los octavos de final de la Libertadores ante River), pero uno de ellos será el campeón del torneo “fuerte” de Argentina. A diferencia de lo que sucede en otros países e incluso en algunas de las ligas top de Europa, como en la LaLiga española, en Argentina realmente todos los equipos piensan que pueden ganarle a cualquiera antes de empezar el torneo y aspiran a salir campeón.

“Son fines de semana muy especiales, como nos vienen acostumbrando todos los torneos nuestros en las etapas definitorias. Sin duda que se va a vivir con mucha pasión lo que genera tener la posibilidad de coronar un campeón -dijo el miércoles Tapia, el presidente de la AFA-. Un torneo donde Vélez estuvo mucho tiempo puntero; ha demostrado ser uno de los mejores equipos del fútbol argentino. Como siempre, a veces el que llega mejor en el sprint final se termina coronando campeón. Es un torneo apasionante. Tenés a Vélez, a Talleres, a Huracán y, por sobre todas las cosas, dándole mucha salud al fútbol argentino, porque podés definir los torneos de la mejor manera, con la competitividad que se vienen dando”. Tapia habló en el marco del Congreso de la FIFA en Paraguay que oficializó a Argentina como sede de unos de los partidos inaugurales del Mundial 2030. Y brindó, con foto incluida, con Karina Milei, secretaria general de la Presidencia. Frenada la opción de intervenir la AFA a partir de sondeos y hasta por la cercanía entre Tapia y Lionel Messi, Javier Milei, quien durante 2024 se reunió con Fassi en público y con Verón en privado, envió a su hermana en son de paz. Y, por elevación, para dejar al descubierto al derrotado: Mauricio Macri.

En diciembre de 2023, en el lapso de cuatro días, hubo dos finales sin la presencia de los cinco “grandes”: Rosario Central le ganó a Platense la Copa de la Liga y Estudiantes doblegó a Defensa y Justicia en la Copa Argentina. La final de la Copa de la Liga 2024 entre Estudiantes y Vélez fue apenas la undécima definición sin “grandes” en la historia del fútbol argentino. Vendrá una más antes de fin de año: el Trofeo de Campeones (Estudiantes ante el campeón de la Liga). En los últimos cuatro años, un total de 32 clubes jugaron en Primera: el 60% estuvo a tres partidos de salir campeón. La “competitividad” del fútbol argentino y la necesidad hasta paródica de “innovar”. Por el lado bueno, los torneos son tan competitivos que puede ganarlo cualquiera; por el malo, el nivel es muy bajo, se juega a no jugar, y, así el panorama, cualquiera puede ganarle a cualquiera. ¿Se equipara para arriba o para abajo? La “competitividad” es lo que sobra en el fútbol argentino: es un rasgo que entrega la falsa sensación de equivalencia y destaca el “correr y meter”, el esfuerzo, en detrimento del talento creativo. Como sea, el fútbol argentino reivindica la grandeza de los no tan grandes, tan claves como los cinco “grandes”. Vélez, Huracán y Talleres lo saben.