Mariano Colangelo es hincha de San Lorenzo y está en la cancha de Defensores de Belgrano, donde Sergio Smietniansky -hincha de Banfield- es el invitado en la presentación de Los Desaparecidos de Racing, libro del sociólogo Julián Scher que cuenta la historia de once hinchas secuestrados y asesinados durante la última dictadura. Hay una camiseta que los convoca a todos sin importar la pertenencia ni los colores. Hay una causa que los identifica: la defensa, la promoción y la visibilización de los Derechos Humanos. Son los ejes que motorizaron la creación de la Coordinadora de Derechos Humanos del Fútbol Argentino, un espacio que ya integra a representantes de tres categorías y que prepara su primera actividad conjunta para marzo. Se fundó con Argentinos, Banfield, Defensores de Belgrano, Ferro, Lanús, Racing, Rosario Central y San Lorenzo. Y ya se sumó Huracán. El sueño que nos trajo hasta acá es armar un equipo que juegue de memoria, con la verdad en los pies y la justicia en el corazón, dice el escrito fundacional que resume los objetivos y el espíritu de la organización.
La presentación del libro de Scher fue algo así como la génesis de la Coordinadora. En el medio de la charla, Colangelo pidió la palabra. Y mostró parte de su identidad: contó que es vocal de la Comisión Directiva de San Lorenzo y presidente de la subcomisión de Derechos Humanos. Y dejó una propuesta. No me quiero ir sin sus contactos para armar una Coordinadora de Derechos Humanos del fútbol argentino, le dijo a todos los que participaron en el evento. Un rato más tarde agregó a todos en su celular y creó un grupo de WhatsApp. Tres semanas después, más de 15 hinchas de distintos clubes se encontraron en la Casa de la Cultura Sanlorencista. Fue la primera reunión, la que sirvió para comprender que las actividades que llevan adelante en los clubes también los agrupa. Junto a otros hinchas de Banfield, Smietniansky colgó la bandera 2×1 las pelotas en el medio de la tribuna del estadio Florencio Sola como forma de protesta contra el fallo de la Corte Suprema de mayo pasado. Aparición con vida ya, se leía en el cartel que se mostró en la previa entre San Lorenzo y Racing para reclamar por Santiago Maldonado. Santiago Garat, de Central, contó que hace dos años el club de Rosario marcha de forma oficial el 24 de marzo. Son ejemplos de los esfuerzos que hoy están dispersos y que la Coordinadora pretende organizar. El pueblo tiene problemáticas comunes y el fútbol, como el deporte más popular, no puede estar aislado, sostiene Smietniansky.
Casi todos los integrantes del espacio cuentan con distintas experiencias ligadas a la defensa de los Derechos Humanos. A Eduardo Garat, el padre de Santiago, lo secuestraron y desaparecieron el 13 de abril de 1978 en el centro de Rosario. Santiago tenía cuatro años. Hoy milita en HIJOS, trabaja en el periódico cooperativo El Eslabón y entiende que el fútbol sirve como disparador para despertar intereses por otras causas. Junto a Kurt Lutman, exjugador de Newell’s y escritor, recorrieron las villas de Rosario con Centro a la olla, un taller de fútbol. Antes habían realizado uno de murga y otro de panadería. Pero tuvieron poca adhesión. Con la pelota aparecen todo, explica Garat, que hoy también hace otras iniciativas junto a la secretaria de actividades sociales de Central. Colangelo hace dos años forma parte de la subcomisión del hincha en San Lorenzo, donde se creó la subcomisión de Derechos Humanos con la que se hacen visitas de los chicos de inferiores a la ex ESMA, por ejemplo. En Ferro también hay una subcomisión con el mismo objetivo. Son casos excepcionales, pero la búsqueda de la Coordinadora es que se repliquen en todos los clubes: que el área dedicada a los DD HH quede establecido en el estatuto. Incluso se entusiasman con la posibilidad de elevar un pedido para que también exista un espacio en la AFA, una idea que trasladaron a algunos dirigentes. Institucionalmente el fútbol todavía no revisó lo que sucedió durante la dictadura, opina Colangelo. Los clubes también son víctimas del Terrorismo de Estado pero han mirado para otro lado, refuerza Smietniansky.
La primera acción concreta de la Coordinadora llegará en marzo. Durante el verano, la organización seguirá reuniéndose y definiendo de qué manera involucrar al fútbol en el partido de la memoria y contra el olvido. Podrían, por ejemplo, pintar distintos murales en los paredones de los clubes para recordar a los socios desaparecidos. Aunque la movida más fuerte estará enfocada en la marcha del 24 de marzo. Vamos a contracorriente de los que dicen que el fútbol separa: usamos la pasión, el compromiso y la militancia para unirnos, dice Colangelo. Para Smitiansky, la pasión puede ser una herramienta transformadora: Mucha gente se siente cómodo laburando desde su identidad, que en este caso es un adentro de una cancha.
En la segunda reunión en Defensores de Belgrano, se repartieron tareas vinculadas a la comunicación y la difusión de las actividades de la comunicación. No solo se dieron a conocer los principios básicos del espacio, sino que se creó un grupo en Facebook, un usuario en Twitter y un equipo de prensa. Hay que romper con la idea de no meterse en eso o en aquello. El fútbol siempre estuvo atravesado por la política. El tema es cómo queremos que se atraviese desde los clubes, resume Colangelo. La bandera que los unifica es la defensa de los Derechos Humanos de ayer. Y también los de hoy. Ahora y siempre.