Durante esta larga cuarentena se cumplió un año de un hecho histórico como fue la primera firma de contrato para una futbolista profesional en la Argentina. Pero la conquista de derechos de las jugadoras y el avance del fútbol femenino no parece haber quedado ahí. Esta semana Racing informó que suscribió un convenio con tres instituciones para que sus jugadoras del plantel de Primera y Reserva puedan estudiar y formarse más allá de la cancha. Así, con estos acuerdos con el Centro Universitario de Idiomas (CUI), la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) y la cooperativa de comunicación Lavaca, la Academia le hace honor al apodo que se ganó hace un siglo cuando conquistó siete títulos de manera consecutiva. 

El aislamiento no fue motivo para detener la curiosidad de las jugadoras, que ya comenzaron a aprovechar las becas que les acercó el club: hay nueve futbolistas que están estudiando idiomas en el CUI; dos que cursan el seminario de Redes sociales y narrativas digitales en FLACSO; y una que participa del seminario de fotoperiodismo que dicta Lavaca-Mu. “Yo trabajé muchos años en inferiores de Deportivo Español. Por la zona, aprendí que además del plano deportivo es muy importante la contención social. Estábamos muy encima de los chicos con el tema del colegio. Y siempre me quedó eso de que la formación integral de la persona va por encima de la formación deportiva del futbolista, que es una de las facetas que tiene el ser humano pero no todas”, explica Antonio Spinelli, entrenador y coordinador del fútbol femenino de Racing. Y sigue: “Entre las metas que nos pusimos al llegar al club estaba el incentivar y fomentar una identidad clara para intentar que la jugadora se forme, que genere herramientas por fuera del club teniendo en cuenta que con los contratos de las futbolistas no le alcanza para vivir, además de que su vida útil es corta en este ambiente”. 


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Eugenia Nardone acaba de cumplir los 20 años y juega como defensora. Sin embargo, ya piensa en el día que no se pueda dedicar más al fútbol. “Valoro mucho esto que nos ofrece Racing de darnos distintas becas para perfeccionarse en lo académico, porque no todos los clubes lo hacen ni te insisten en lo importante que es seguir formándote. Nosotras del fútbol todavía no podemos vivir, no es nuestro único trabajo ni nos asegura un futuro como pasa con los hombres. Así que cuanto más conocimiento va a ser mejor para cualquier aspecto de la vida”, cuenta la futbolista que cursa el seminario de redes sociales y narrativas digitales. “Siempre me interesaron las distintas maneras de comunicar, cómo llegarle a la gente y captar la atención de las personas. Hoy las redes sociales son la conexión principal para casi todos”, explica su elección. Como a Nardone le coincide el curso con el horario de entrenamiento por Zoom que dispuso el club, ve las clases grabadas al otro día.

La rosarina Luciana Bacci, en tanto, se decidió cursar fotoperiodismo. “A mi siempre me interesó estudiar comunicación social. Y además conozco el trabajo que hacen en la cooperativa Lavaca, me gusta mucho su manera de informar y de comunicar. Creo que este curso es una oportunidad para darme cuenta si es lo que realmente me gusta o tengo que seguir la búsqueda. Me abre nuevos horizontes y me hace pensar cómo va cambiando la forma de comunicar con el tiempo”, relata la defensora de 24 años, que se define como una militante feminista que pelea por un fútbol feminista: “Me parece que esto puede ayudar a la causa, para darle validez a esta lucha, para pensar bien cómo comunicar cuando tengamos cosas que decir”. Bacci también toma esta beca como una oportunidad para el futuro, cuando la corta vida útil de las futbolistas llegue a su fin. “Hay que educarse, abrir los horizontes y en eso estamos. Somos deportistas empleadas por el club pero también somos seres humanos que necesitamos otra salida cuando no podamos jugar más al fútbol, así que es importante que el club piense en eso”, dice.

Para el entrenador Spinelli, que estos días pasa planificando entrenamientos que se llevan a cabo vía Zoom, el fútbol femenino tiene la oportunidad de emparejar con el fútbol masculino “lo bueno, como la estructura, los salarios, la logística” pero sin “copiar lo malo, como la burbuja en la que se vive o las tribuneadas absurdas”. “La idea es romper con ese mito de que no se pueden hacer las dos cosas a la vez. Dejamos en claro que si faltan a algún entrenamiento porque tienen que rendir o estudiar eso no les va a repercutir en su situación para el fin de semana”, completa Spinelli, que además es licenciado en Comunicación Social y da clases en la escuela de periodismo ETER.