Parece el año de las camisetas de fútbol, y no sólo porque la que vistió Diego Maradona contra Inglaterra, en el Mundial México 86, fue subastada en mayo por 9 millones de dólares. También en este 2022, Boca usó una alternativa amarilla contra River por primera vez en el superclásico (y ganó). Los modelos que la Selección utilizará en el Mundial de Qatar, la tradicional celeste y blanca y la alternativa violeta (color que, según explicó el departamento de prensa y marketing de la empresa que confecciona las camisetas, se inspiró en la igualdad de género) causaron aprobación y rechazos en partes iguales. Notas periodísticas advirtieron esta semana, además, que los 29.000 pesos que cuestan al público los flamantes modelos Authentic de la Selección, River y Boca las ubican en la categoría de «camisetas más caras del mundo». Pero de lo que menos se habló en estas horas –en la previa del superclásico y a sólo 70 días para el Mundial– fue de un triunfo silencioso de quienes confeccionan esa indumentaria: tres empleados de la empresa RA Intertrading fueron readmitidos en su trabajo luego de una sentencia judicial que la textil, en un primer acto, había desoído. Los costureros habían sido despedidos en marzo por reclamar aumentos de haberes. Entonces recibían 35.000 pesos de sueldo básico por mes.


El deporte se escandalizó durante mucho tiempo cuando surgieron artículos que detallaban las condiciones de trabajo de los empleados de Bangladesh o Pakistán que fabricaban, a sueldos de miseria, las camisetas que luego se usaban en el resto del mundo. Por pedido de los clubes argentinos, la indumentaria de nuestros equipos debe confeccionarse en el país. Pero las condiciones laborales están lejos de lo ideal (cerca del 80 por ciento de los empleados son bolivianos).


En una entrevista publicada por BAE en marzo, titulada «las camisetas de la Selección argentina se fabrican en Villa Lugano», la presidente de RA Intertrading, Daniela Rabinovich, afirmó: «Somos los únicos fabricantes de las camisetas oficiales de la Selección argentina. El 50% de lo que producimos es para Adidas. Todo lo hacemos en nuestra planta de Villa Lugano, donde trabajan 800 personas». En el artículo también se confirmó que RA además confecciona las remeras oficiales de River y Boca para Adidas, las de San Lorenzo para Nike, las de Racing y Vélez para Kappa y la de Independiente para Puma, entre otros clubes.


Pero en simultáneo, y frente a un espeso silencio mediático, dentro de la empresa crecieron las denuncias por precariedad laboral. «Hicimos pedidos de aumento y, ante la falta de respuesta, empezamos a tomar medidas: primero un paro de una hora y luego de un día entero. Recién entonces hubo un ofrecimiento. Lo rechazamos y la empresa empezó con suspensiones. Hubo cinco despedidos. Dos somos delegados, Raúl Gaguillo y yo», le dijo Roger Torres Mamani a Tiempo, en abril.


Aunque los precios de las camisetas corresponden a decisiones de las empresas como Adidas o Nike, y no a RA Intertrading, sorprende el contraste entre los sueldos bajos de quienes confeccionan la indumentaria y los montos estratosféricos en la venta al público. Esta semana, la web preferida por los hinchas de River, La Página Millonaria, publicó una extensa nota titulada «Exorbitante, la camiseta de River, la más cara del mundo». Se refería a los 29.000 que cuesta el modelo de los jugadores (el de Boca y la Selección tiene el mismo precio). «A la hora de trazar un paralelismo con el valor de las camisetas europeas, hay un precio estándar en la marca Adidas que atraviesa a los equipos de primera línea: 140 euros. En el caso de Nike, oscilan entre 145 (Barcelona) y 150 euros (PSG). Por el lado de River, la versión Authentic se vende en 29 mil pesos, el equivalente a 206 euros al cambio oficial. LPM intentó comunicarse con la marca alemana para conocer el por qué de la diferencia de valor entre la camiseta de River y las europeas y no obtuvo una respuesta», publicó Ubaldo Kunz, el autor de la nota.


La gran noticia es que este lunes, tras cinco meses de lucha, movilización y paros, tres de los cinco empleados despedidos fueron readmitidos por RA Intertrading. «Este logro se alcanzó después de que la patronal les negara el derecho a ser reinstalados como ordenaban distintas cautelares de la Justicia en tres oportunidades», publicó el sitio Política Obrera. «Pese a esta intención declarada de la empresa de dilatar la efectivización de la medida impuesta por el juez, los trabajadores se presentaron con firmeza en la fábrica para hacer valer las cautelares. En estos intentos por ser reincorporados recibieron el apoyo de los compañeros mediante abrazos desde la producción», escribieron Leandro Ferreyro y Ana Belinco.


«La Justicia fijó el acompañamiento de un oficial de Justicia para que se reinstale a Raúl (Gaguillo), Roger (Torres) y Gerson (Rodríguez). La patronal de RA, como parte de la maniobra para no pagar multas hasta el fallo de fondo, los dejó ingresar pero ubicándolos en otras secciones de la fábrica sin respetar su puesto natural», agregó la nota. El fallo no está firme pero es un paso adelante en la historia menos visible de las camisetas más queridas.