Ex futbolista, pero sobre todo referente del periodismo deportivo de habla hispana, falleció este martes a los 61 años Michael Robinson, víctima de un cáncer que él mismo había anunciado en diciembre pasado. “Con tremenda tristeza os comunicamos el fallecimiento de Michael. Nos deja un gran vacío, pero también innumerables recuerdos, llenos del mismo amor que le habéis demostrado. Os estaremos eternamente agradecidos por haber hecho a este hombre TAN FELIZ, nunca caminó solo. Gracias», publica su cuenta de Twitter. En las redes sociales, los saludos llegaron de inmediato: no sólo federaciones y clubes también íconos del deporte español como el tenista Rafael Nadal, el basquetbolista Paul Gasol y el capitán del campeón del mundo en Sudáfrica 2010 Iker Casillas.
Adiós amigo, fue un placer compartir tantos momentos contigo. Te vas dejando una gran huella. Abrazo enorme a la familia. ???? #InolvidableRobinson pic.twitter.com/p4nRyvJnRV
— Iker Casillas (@IkerCasillas) 28 de abril de 2020
Robinson, inglés en su documento y en su acento pero español en el corazón, llegó a Pamplona en 1987 para jugar en Osasuna. Antes, había pasado por Manchester City, Brighton, Liverpool (donde fue campeón de la Premier y de la vieja Copa de Europa) y QPR. Delantero alegre y bromista, se ganó enseguida al público en Pamplona. Y se instaló en España.
Su tonada inglesa y su sentido del humor lo volvieron popular en la televisión española, donde comenzó comentando el Mundial de Italia 1990. Luego impuso su estilo para contar historias de vida o cuestiones olvidadas del deporte con una precisión y una ternura notables. Informe Robinson, El Día Después y Acento Robinson dejaron material que siempre vale la pena volver a ver. Su cara en la portada del PC Fútbol también permanecerá grabada para más de una generación futbolera. Ahí quedará la presencia del inglés que cambió la comunicación deportiva en España.
Los mejores cuatro Informe Robinson:
1- La Leyenda de Tittyshev:
La de Steve Davies es una historia que debería empezar con una frase de cuento: érase una vez un hincha del West Ham que cumplió el sueño de cualquier aficionado al fútbol. Fue a ver un partido de su equipo y acabó jugando junto a sus ídolos. Y no le fue nada mal. Ocurrió en Oxford, una tarde del mes de julio de 1994.
En las calles de Rosario y de toda la provincia de Santa Fe todavía se habla y se recuerda el fútbol de un jugador al que se compara con los más grandes de la historia, incluso con el mismísimo Diego Armando Maradona.
3- Maradona, los años felices:
Diego Armando Maradona debutó en la primera división argentina hace poco más de cuarenta años, en octubre de 1976. Estaba a punto de cumplir los 16, y aún vivía en Villa Fiorito, un complicado suburbio del gran Buenos Aires. El niño había crecido jugando en los populares Cebollitas, equipo invencible de las categorías inferiores de Argentinos Juniors, club de barrio en el que permanecería hasta 1981. Fueron tiempos de un crecimiento irrefrenable, en los que se convirtió en icono del país y desparramó su magia con la camiseta roja de su club y la albiceleste de la selección. Para los que lo vieron, ese primer Maradona, del que menos imágenes se conservan, fue el más genial y puro. Para los que le conocieron, esos, aunque también hubo rabia y lágrimas, fueron sus años más felices.
4- La Lazio de las pistolas:
En los convulsionados años 70 en Italia, tiempo de secuestros y atentados, la Lazio de Roma se convirtió en un equipo atípico. Un vestuario dividido en dos grupos de jugadores que no se dirigían la palabra, la mayoría de los cuales llevaba pistola en las concentraciones y cuando salía a la calle, dirigido por un sabio capaz de convertirlos en un equipo unido los días de partido. Así ganaron contra pronóstico el primer Scudetto en la historia del club, antes de disolverse como equipo en un final marcado por la fatalidad… y las pistolas.