Un Guillermo Barros Schelotto relajado se sentó en la sala de conferencias de La Bombonera y analizó el triunfo de Boca con satisfacción.
Sabe que el camino es largo y que tiene ante Lanús, por la Copa Argentina, un partido clave para su objetivo mayor a corto plazo: clasificar a su equipo a la Copa Libertadores del año próximo.
Sí se detuvo el Mellizo en la expulsión de Carlos Tevez en el primer tiempo, que finalmente no cambió el rumbo del encuentro pero que fue la única zozobra que pasó Boca en la tarde: No vi la jugada de Carlos porque estoy muy lejos. Intuyo que algo pasó. Creo en la buena fe del árbitro, y Delfino hoy dirigió bien, sostuvo el técnico.
Y completó el concepto con la serenidad habitual que dan los triunfos: «No me molesta la reacción de Carlos. Las personas somos los primeros en darnos cuenta cuando nos equivocamos. No sé qué pasó. Tevez es grande, sabe lo que pasó, si está bien o mal. No necesita que el encargado del grupo demuestre el enojo. Quizás si fuese un joven uno lo puede guiar en el camino, pero él lo tiene bien claro