La historia de Sofía Maccari con Las Leonas tiene tres capítulos de plata. Luego de Sidney 2000, como juvenil del club San Fernando, fue en micro a Ezeiza a recibir a las subcampeonas olímpicas. En Londres 2012, fue protagonista en todos los partidos de los Juegos Olímpicos en los que Argentina quedó en el segundo puesto del podio. En Tokio 2021, ya con 37 años, viajó a Tokio como reserva del plantel y se volvió con la medalla plateada colgada. Una vida dedicada al hockey. Y otros ítems: además de ser jugadora de San Fernando y entrenadora de la Quinta y Séptima división, Maccari es profesora de educación física en un colegio secundario y primario y estudia periodismo deportivo. Todavía “con mucho cansancio” al regreso de los juegos habla del aterrizaje luego de los Juegos, de la identidad de Las Leonas y da su visión de los medios de comunicación en su doble función de protagonista y estudiante.
-¿Qué significa ser una Leona?
-Lo que hay que entender es que estás representando a un deporte. Y a un país. Las Leonas me parece que eso lo tenemos bastante en cuenta porque lo recordamos, nos los vamos diciendo a las más chicas, que a veces se les pasan cosas. “Ojo, somos Leonas. Lo que hacés vos le repercute a todo el equipo”. Las redes sociales te acercan y te exponen a la gente, para bien y para mal. Hay que ser cuidadoso.
-¿Por qué las Leonas fueron podio en cinco de los últimos seis JJOO?
-Porque somos el equipo que más entrena. El talento está, somos un país que está dentro de los mejores del mundo a nivel jugadoras. Tenemos jugadorazas. Las individualidades las busca todo el mundo: son hábiles, tienen desfachatez, rebeldía, ese temperamento argentino que sale de adentro. Pero yo creo mucho en el entrenamiento y en el trabajo. Nosotras estamos juntas todo el día en doble turno. Tenemos giras de 20 días. Antes de Tokio estuvimos 50 días juntas. Me parece que eso te da un plus para estar todo el tiempo arriba del podio.
-¿Eso es una identidad que vas más allá de los nombres?
-Eso está en Las Leonas. Las chicas que se suman saben que tienen que dejar muchas cosas del lado, que forman parte de uno de los seleccionados más importantes del país. Y que si eso no se mantiene día a día te pasan por arriba. A nosotras nos gusta que vayamos a un Juego y digan que Las Leonas tienen que aportar una medalla. Eso nos lo ganamos. Es una presión enorme, sí. Pero si no lo sostenés se pierde rápido.
-¿Transformaron el hockey en un deporte popular en la Argentina?
-Lo más importante de los resultados es lo que deja en las camadas que vienen. Los boom post torneo hacen que las nenas quieran empezar a jugar al hockey. No solo es lo que uno recibe, que es divino ese cariño. Pero lo mejor de las medallas es lo que les queda a las camadas que vienen, que se suma gente a los clubes.
-Te tocó viajar a distintos lugares del Interior a dar clínicas. ¿Con qué te encontrás?
-Me encanta estar en contacto con adolescentes. Y me gusta ir a lugares donde creen que somos inalcanzables. Esos trabajos me llenan mucho, es lo que más me gusta del hockey. Te encontrás con situaciones que no podés creer. Pueblos minis donde hay 15 jugadoras de hockey. No creés que haya gente en esos rincones que le guste jugar al hockey. Pero sí, hay en todos lados. “Me muero por llegar a ser leona”, te dicen una chica.
-¿Hasta cuándo vas a jugar?
-Hasta fin de año. Con el seleccionado lo más seguro es que haya terminado acá la historia. Veremos qué dice el Chapa, pero hay camadas que se vienen y una tiene que saber que estuvo buenísimo hasta acá.
-¿Qué viene después?
-Yo trabajo como entrenadora desde muy chica. Tenía 16 años y le pedía a Pachu Ferrari que me deje entrenar a sus divisiones cuando ella viajaba con las Leonas. Me tocó jugar en España, hice muchos cursos allá. Y el seleccionado te da muchas herramientas, vivís el hockey real. Trato de capacitarme todo el tiempo y estar actualizada. Quiero agarrar una primera para el día de mañana estar en el seleccionado, pero no tengo apuro.
-¿Cómo viviste la eliminación de los seleccionados juniors después de los contagios de Covid?
-Lo que más duele son las jugadoras y los jugadores. Ellos y ellas son los que más pierden. Vi lo que entrenaron, eso es lo más duro. Entrenaron mucho, mucho, de cara al Panamericano y al Mundial. Y ahora están muy tristes, caídas. Por edad no van a poder volver a jugar un Mundial juvenil. Ahora lo importante no es señalar culpables. Sino ocuparnos de esa tristeza de perderse semejante oportunidad de vestir la camiseta argentina. Y que Argentina no esté en un Mundial sub 21 es malísimo. Los responsables tendrán que hacerse cargo, yo no voy a juzgar a nadie porque no es mi trabajo.
-¿Por qué estudiás periodismo?
-Siempre me gustó mucho el deporte. Desde chica. Me encantaba comprar el diario deportivo, era un hobby que tenía. Mis amigas se ríen de que cuando volvíamos de bailar a la madrugada paraba en un kiosco y me compraba el diario deportivo para volver leyéndolo en el colectivo. Y, ahora, desde el lado del deporte me intrigaba tener las dos patas: la del protagonista y la del periodista, entender por qué hacen ciertas cosas que al deportista no le gusta.
-A través de tus redes, fuiste una especie de cronista de Las Leonas en Tokio. ¿Qué es lo que más te molesta de lo que hace el periodismo?
-Viendo las repercusiones de los juegos creo que queda claro cómo influyen los periodistas en la sociedad con un simple comentario. El énfasis de una frase cambia todo. Estaría bueno que seamos concientes de esa importancia de entender que estás formando la opinión de otra persona. Eso como deportista a veces decís: wow. Qué fácil te matan o qué fácil te ponen arriba con solo una frase. Hay que buscar un término medio.