Luego de dos años de puro sufrimiento, visitas al quirófano y pensar en un posible retiro, la vida pasó a sonreirle a Juan Martín del Potro. Esta vez, se le presentó todo mejor de lo esperado, porque no solo ganó y jugó bien, sino que lo hizo en apenas una hora y media debido al retiro de su rival, el austríaco Dominic Thiem por lesión cuando el resultado estaba 6-3 y 3-2 a favor del tandilense.
De esta forma, el actual 142º en el ranking mundial se aseguró una escalada que ya lo ubica entre los mejores 65 del mundo y de alcanzar las semis se metería entre los 40 mejores del mundo.
Su próximo rival será el suizo Stan Wawrinka, preclasificado número 3, quien le ganó al ucraniano Illya Marchenko por 6-4, 6-1, 6-7 (5) y 6-3.
Una vez finalizado el encuentro, del Potro expresó que le sorprendió el abandono de Thiem: «fue de un momento para otro porque no se lo notaba lesionado. Es una lástima, es un gran jugador y ganar de esta manera nunca es lindo».
Del Potro se sintió «un privilegiado» por haber alcanzado los cuartos de final de uno de los Grand Slam, junto con el de Australia, Roland Garros y
Wimbledon, y lo consideró «especial» porque ya lo ganó en 2009.
«Estoy jugando mejor, poco a poco, y mi hombro derecho sintió un poco los remates. Seguir avanzando depende de mí y de mi juego; tengo que estar tranquilo», agregó «La Torre» de Tandil.
El campeón en la edición 2009, casi sin secuelas de las lesiones en las muñecas que derivaron en una larga inactividad, arrancó el torneo con un
éxito sobre su compatriota Diego Schwartzman (69), por 6-4, 6-4 y 7-6.
En segunda ronda, el bonaerense exhibió un rendimiento superador ante el estadounidense Steve Johnson (22), al que doblegó con parciales de 7-6, 6-3 y 6-2. Y el sábado último, reaccionó ante un arranque desfavorable (perdía 2-5 al cabo del primer set) y se sacó de encima al siempre difícil español David Ferrer (13), a quien venció por 7-6, 6-2 y 6-3.