Si este es el precio que se debe pagar por el cargo, yo no lo pago». Luis Segura se bajó de manera definitiva de las elecciones de la AFA, a celebrarse el 30 de junio. El actual presidente, sucesor de Julio Grondona y candidato en diciembre pasado, ya no tiene ninguna intención de seguir en la pelea. Los motivos son varios: salud, falta de apoyo y una causa judicial con olor a política.
En una conferencia de prensa ofrecida en el tercer piso de la sede de la AFA en la calle Viamonte, un Segura visiblemente abatido anunció que se baja. Dijo pocas frases contundentes, pero sí dejó entrever que los poderes pujantes de hoy lo tapan y lo superan. «El gran problema que tiene AFA hoy en día es político. Si logra superarlo, puede funcionar bien», deslizó sin profundizar.
Uno de los detonadores de su paso al costado, según él mismo reconoció, es la causa judicial que enfrenta por estos días. Segura fue citado a declarar por la jueza María Servini de Cubría, por la megacausa denominada Fútbol Para Todos. Según la denuncia, Segura es socio de la financiera Amigal, que convertía los cheques a largo plazo en dinero efectivo a cambio del 40% de su valor. Segura explicó en esa conferencia que ser «socio» es un requisito legal de cualquier cooperativa para poder operar y que el asociado número 4340 no es él, sino Argentinos Juniors. Dijo que la práctica es habitual (y legal) dentro del fútbol argentino y que de ninguna manera se pagó ese porcentaje por el cambio de los cheques. Por esa causa, se presentó a declarar el viernes último ante la mencionada magistrada y presentó un escrito.
Ante la consulta de Tiempo Argentino, Segura negó que se trate de una presión política a través de la justicia. Pero en el resto de sus declaraciones se puede leer que así lo piensa. Si la causa responde a una cuestión meramente judicial, ¿por qué es «el precio que debe pagar para sostener el cargo»? En este contexto, vale mencionar que Servini de Cubría tiene una afianzada relación con el gobierno Nacional, a través de Daniel Angelici, presidente de Boca y uno de los principales operadores políticos de Mauricio Macri, tanto en el fútbol como en la justicia.