Se anunció en Londres la subasta para quedarse con la camiseta que Diego Armando Maradona jugó aquel partido icónico ante Inglaterra, el día de la «Mano de Dios» y, según FIFA, el mejor gol de la historia del fútbol. En la casa Sotheby’s esperan recaudar 4 millones de libras esterlinas (5,2 millones de dólares) a cambio de la casaca azul. El 20 de abril comenzarán a recibirse ofertas.
La 10 marca Le Coq Sportif que vistió Diego el 22 de junio de 1986 en la Ciudad de México por los cuartos de final de la Copa del Mundo que aquella selección de Carlos Salvador Bilardo ganaría fue atesorada por Steve Hodge, mediocampista inglés que la obtuvo tras el 2-1.
Hodge dijo que la camiseta de Maradona tenía «un profundo significado cultural para el mundo del fútbol, la gente de Argentina y también de Inglaterra». Agregó: “Fue un privilegio absoluto haber jugado contra uno de los mejores y más magníficos jugadores de fútbol de todos los tiempos”.
Brahm Wachter, responsable de indumentaria y coleccionables modernos de Sotheby’s, afirmó que «la ‘Mano de Dios’ es verdaderamente un momento singular no solo en la historia de los deportes, sino en la historia del siglo XX. Ese episodio resonó mucho más allá del mundo del fútbol, tan poco después del conflicto de las Malvinas. Inspiró libros, películas y documentales. Maradona ahora es recordado como uno de los más grandes en jugar al fútbol, y aquel partido en particular es una parte fundamental de su legado”.
Maradona y Hodge intercambiaron camisetas en los pasillos el Azteca, después del partido. El mediocampista inglés, que jugó más de 300 partidos en la Primera División de su país, la guardó como un tesoro desde entonces. Recién entendió que además tenía un negocio económico en manos muchos años después, en 2000, cuando se enteró por la televisión de su país que la camiseta que el brasileño Pelé había usado en el Mundial 1970 -intercambiada a un futbolista de Checoslovaquia- sería subastada por una fortuna, alrededor de 300 mil dólares.
Desde entonces, la camiseta de Maradona estuvo en un Museo del Fútbol de Manchester, pero siempre se aclaró que era propiedad de Hodge. Lo curioso es que esa camiseta, que pasó a la inmortalidad porque fue la que usó Maradona en el segundo tiempo -cuando el 10 marcó sus dos goles más famosos-, había sido confeccionada de apuro en los días previos.
Argentina no tenía camisetas alternativas livianas, como quería el técnico Carlos Bilardo para combatir el calor de México, y envió a sus asistentes a comprar camisetas azules y marca Le Coq Sportif por casas de ropa deportivas de la capital mexicana. Fueron compradas por uno o dos dólares. La noche previa al partido se le terminaron de agregar el escudo de AFA y el número, en gris.