Sin desmesuras ni adjetivos grandilocuentes, Lionel Scaloni eligió la moderación para calificar el partido que depositó a la Argentina en su sexta final en una Copa del Mundo. “Merecimos ganar, pero no sé si de manera tan amplia”, evaluó el entrenador y elogió al mediocampo de Croacia -”tienen tres jugadores muy difíciles de marcar”- acaso como para evitar los excesos que puede dejar a mano cualquier victoria.
“Es emocionante haber clasificado para la final y queda un paso. Es un momento para disfrutar, pero se acabó: a pensar en lo que viene”, dijo el entrenador más joven de Qatar, reacio a hablar sobre sí mismo y siempre con un elogio a mano para sus futbolistas. “Que la gente festeje, estamos en el pedestal del fútbol”, señaló sobre la unión con las y los hinchas.
Scaloni tampoco se adelantó al partido decisivo ni al rival que vendrá. “Nunca fui de buscar rival. El que toque, tocará. Francia y Marruecos son dos grandes selecciones. Ambas merecen estar ahí”, comentó acerca de lo que vendrá el domingo a las 12, en el estadio Lusail.
“El cuerpo técnico irradia ilusión. Hemos vivido cosas muy fuertes, tanto malas como buenas. Es positivo que haya exjugadores en el banco. Tenemos un cuerpo técnico que vive para la Selección y sufre como los jugadores y la hinchada”, dijo casi en el único momento que habló sobre su tarea.
Como sostiene desde la caída ante Arabia Saudita, el técnico valoró las múltiples facetas de sus dirigidos, de un equipo que puede jugar de distintas maneras en un mismo partido o frente a cada rival. “El fútbol es uno solo: cuando hay que poner el corazón se pone y cuando hay que jugar lindo, se juega lindo. El fútbol es todo eso”, remarcó el entrenador que llegó con el título de novato en la espalda y que construyó su propia identidad con La Scaloneta.