En su primera vez en Argentina, Robert Pirès hizo un tour de canchas por Buenos Aires: visitó la de River, Boca, Vélez, Argentinos, Estudiantes de La Plata, Racing y Banfield. Le clavó la mirada a Matías Galarza en La Paternal. Y a Enzo Fernández en el Monumental. Campeón del mundo con Francia en 1998, ídolo en el Arsenal inglés y compañero en la mitad de cancha de Juan Román Riquelme en el Villarreal semifinalista de la Champions 2006, Pirès dice que es de la época en la que se podía fumar tabaco o tomar cerveza en el vestuario sin que pasara nada. Unas horas antes de subirse al avión de vuelta a Ibiza, donde vive, y después de una semana en Argentina viendo futbolistas como parte de una empresa de representantes, Pirès -48 años, nacido en Reims- habla de la soledad del jugador, del fútbol moderno, de la falta de lucha de los jóvenes, de la imposición del físico ante la técnica, de por qué el juego no le pertenece a los ricos, y más.

-¿Cómo te trató la Argentina futbolera?

-Muy bien. Me recibieron en todas las canchas. Cada vez que iba a un estadio me querían fichar. Así que tengo como cuatro contratos para volver a jugar… No, eso se acabó. Pero cada hincha me decía: “¡Eh, Pirès, tienes que fichar acá!”. Y cuando cambiaba de estadio, otro: “¡Eh, Pirès, tienes que fichar acá!”.

-¿Pero jugás en el Peña Deportiva Santa Eulàlia, de Ibiza?

-Estoy jugando con los veteranos. Extraño tocar el balón, me encanta jugar al fútbol. Es diferente, porque es para pasarla bien con los amigos, siete contra siete, pero hay una liga y ahí estoy.

-¿Y cuándo vivías en Londres?

-Aún soy embajador del Arsenal, pero cuando vivía en Londres iba por las mañanas a la ciudad deportiva y me entrenaba con los jugadores que volvían de lesiones. Es muy importante porque el jugador está solo, y es complicado. Me pasó dos veces. De repente estás con el equipo y te lesionas y pasas a estar al lado del equipo, entrenando solo. Por eso me iba con el jugador lesionado y el preparador físico para ayudarle en el tema mental.

-¿Muchas veces se siente solo el futbolista?

-Sí, puede pasar, si estás en una mala racha, si no estás bien de la cabeza, si estás lesionado. Me pasó. Ahora, con la experiencia, sé que puedo ayudar al futbolista. Y cada vez que estaba con un jugador que volvía de una lesión, me decía: “Gracias por estar conmigo”. Y eso es lo más importante. Porque cuando en el fútbol estás solo, la gente se olvida.

-“Los futbolistas somos unos hijos de puta”, dijiste. ¿Por qué?

-Hijos de puta, no, pero sí somos muy cabrones. Porque siempre estamos quejándonos de todo o hablando mal de alguien, siempre rajando, siempre pasa algo, no estamos contentos. Y yo era el primero. Y ahora el futbolista es peor por todo lo que lo rodea, no sólo por el dinero. Cuando no juega no está contento, o cuando juega te manda a su representante o a su papá. Por eso no quiero ser entrenador. En un cuerpo técnico, puede ser. Pero ser el número uno, no, gracias.

-¿Cómo es el fútbol moderno?

-En Europa tenemos el VAR, los árbitros toman menos responsabilidad, hay conflictos con los jugadores y entrenadores. Y también los jugadores se quejan, porque quieren jugar y sobre todo ganar mucho dinero, y a veces no hicieron nada. No me molesta, pero ha cambiado. Cuando jugaba había más magia, y por lejos. Simplemente pienso que el futbolista no quiere trabajar la técnica, que el futbolista perdió técnica. Ahora parece que lo más importante es la velocidad y el físico. Perfecto, lo respeto, pero para mí, no. No hay futbolistas como Redondo, Riquelme, Iniesta. El fútbol ha cambiado de dirección hacia lo físico. Si le preguntas a un presidente o a un entrenador qué elige entre un jugador que tiene físico o técnica, elige al que tiene físico. Antes te podía nombrar 50 jugadores muy buenos. Hoy, 15, como máximo, porque cada vez hay menos jugadores diferentes.

-Buscás futbolistas técnicos.

-Ese es “mi problema”. En cada equipo hay jugadores que tienen buena técnica, es lo que miro. Claro que hay jugadores que tienen velocidad, que físicamente están bien, pero no los miro. Miro al jugador que está en el medio, que maneja bien el balón, que juega corto y largo, que tiene esa paciencia y tranquilidad.

-¿De chico querías ser Maradona?

-Como soy francés, de pequeño quería ser Platini. Pero Maradona me impulsaba a soñar con ser jugador de fútbol, claro. Pero para nosotros, los franceses, el ejemplo era Platini. Llegar al nivel de Maradona o de Platini, ufff, complicado… Creo que sólo hay un jugador francés que lo ha conseguido: Zidane. Y nosotros, el resto, estamos ahí, más abajo, pero ahí estamos.

-“De Riquelme aprendí que el fútbol es fácil”, dijiste.

-Tenemos la misma filosofía de fútbol. La técnica, manejar el balón, cada uno con su calidad. Tuve la suerte de jugar con Zidane, Bergkamp, Riquelme. Son futbolistas que te ayudan para ganar partidos y títulos. Y también con Román tenemos la misma idea de qué es ser un futbolista.

-¿Cuál?

-Mi padre es portugués y se exilió porque estaban enviando a los jóvenes a la guerra, a Angola. Y mi madre es española, asturiana. No tenían nada pero buscaron trabajo en Francia. El origen del futbolista es tener que luchar. Esa es otra diferencia entre mi época y hoy. Antes había que luchar, fuerte. Hoy, si no le dices al jugador que tiene que luchar, no va a luchar. Piensa que por haber jugado dos o tres partidos, ya llegó. No. Llegar es complicado. Pero quedarse en un nivel y mantenerlo, eso es lo más complicado. Los chavales no agarran informaciones, no les interesa ver partidos antiguos. Las redes sociales cambiaron cosas. No pasa nada, nosotros tenemos que ir con ellos. Si no lo hacemos, nadie lo va a hacer. Intentamos estar con ellos, ayudarlos.

-¿Cómo fue tu lucha en el fútbol?

-Gracias a Dios, que me dio talento. Eso es importante. Pero lo hablé con Román. Muy bien, tienes talento, pero lo tienes que trabajar, tienes que luchar, ser a los 15, a los 18, a los 20 años, mejor que tu compañero en el puesto y mejor que tu rival. Y hay que tener cuidado con los padres, que sólo miran la plata, no piensan en el hijo, sino en lo que van a ganar, y eso es perjudicial para el jugador. Era imposible que mis padres fueran así por dónde vinieron.

-¿Qué es el fútbol?

-El fútbol es un deporte popular, para todos, y eso la gente no lo tiene que olvidar, no le pertenece a los ricos. Hay muchos en el fútbol que lo olvidan. Es importante no olvidar de dónde vienes y de dónde viene el fútbol. El dinero es importante, pero de vez en cuando no te ayuda a ganar. Puedes tener el mejor plantel, pero no ganas, porque hay un rival que está más cómodo, que tiene más hambre, y te va a pasar por encima y a ganar. Por eso la gente no tiene que olvidar que el fútbol es un deporte popular.