Culpa de dos empates consecutivos en las últimas dos fechas, cuando parecía que el título ya estaba casi en sus manos, River no pudo sacarse el karma que lo persigue en este ciclo de Gallardo: terminó como subcampeón de Boca en esta Superliga y lleva seis años sin poder gritar campeón en el torneo argentino. Este amargo final viene después de lo que había pasado en diciembre último, en la final de la Copa Libertadores, el Lima, ante Flamengo, cuando en dos minutos se le escapó la gloria de las manos.
No había sido sencilla la semana para River. No sólo porque ni siquiera para un equipo que se acostumbró a jugar finales son fáciles las vísperas de un partido definitorio. Además, debió viajar a la altura de Quito con un equipo suplente para el estreno de Copa Libertadores: no viajaron la mayoría de sus titulares ni su entrenador Marcelo Gallardo. El resultado fue lapidario: 3 a 0 para Liga de Quito. Encima, Gallardo estuvo ausente en tres de los entrenamientos de esta semana por un cuadro de anginas. El final fue peor.
Desde mediados de enero el Millonario esperaba este momento. Sabían que eran ocho fechas las que lo separaban del título: ganó seis, empató dos. No le alcanzó porque Boca ganó seis consecutivos. Nada menos que Boca. Para esta etapa Marcelo Gallardo diseñó un equipo distinto al que había acostumbrado en los cinco años anteriores de su ciclo. Apostó por una zaga de tres defensores, dos pistones por los costados como Gonzalo Montiel y Milton Casco, más el mediocampo que maracba el puslo del equipo con Enzo Pérez, Nacho Fernández y Nicolás De La Cruz. Y en la delantera tuvo a los futbolistas que hicieron la diferencia: el goleador Rafael Borré y el asistidor Matías Suárez. Incluso, sentando en el banco a dos hombres fundamentales para la obtención de la Libertadores de América 2018: Lucas Pratto e Ignacio Scocco. Con 12 goles, el colombiano fue el máximo artillero del equipo y del torneo. Matías Suárez repartió seis asistencias. En los últimos dos partidos no estuvieron finos los atacantes y así se explica la segunda posición en la tabla.
En Tucumán, River además sufrió el mal arbitraje de Patricio Lostau. Cuando el partido recién asomaba anuló a isntancias de su árbitro asistente un tanto de Borré, que estaba habilitado. Y luego no cobró dos infracciones dentro del área que le hubieran dado la posibilidad de ponerse en ventaja mediante un penal. Como el segundo tanto no llegaba, Gallardo decidió mandar a Juan Fernando Quintero a la cancha, que salga Javier Pional y desarmar la línea de tres en el fondo.Luego también saltaron Scocco y Pratto, pero el gol agónico nunca llegó.