River Plate escribió en la noche del miércoles una página histórica en el fútbol mundial con el triunfo 2-1 ante Independiente Santa Fe, de Colombia, porque lo hizo con el volante Enzo Pérez de arquero que además jugó con una distensión muscular en la pierna derecha, y sin cambios como consecuencia de las 20 bajas en su plantel por los casos positivos de Covid-19.

El equipo de Marcelo Gallardo, a pesar de todos los contratiempos, quedó primero en el grupo D de la Copa Libertadores con 9 unidades por encima de Fluminense (8), Junior, de Colombia (6) e Independiente Santa Fe (2), ya eliminado y sin chances de clasificarse tampoco a la Copa Sudamericana, a falta de una jornada.

Fabrizio Angileri y Julián Álvarez marcaron para River, mientras que el mediocampista Kelvin Osorio descontó para los colombianos.

La previa del partido giraba en torno a los problemas de River, que empezó una semana difícil con los disturbios en el empate ante Junior, los casos positivos de coronavirus y la eliminación contra Boca en los cuartos de final de la Copa de la Liga Profesional de Fútbol con un arquero debutante como Alan Díaz.

La negativa de la Conmebol por el pedido de incluir a dos arqueros juveniles puso las cosas más difíciles, sumada a la caída de Fluminense ante Junior, pero el River de Gallardo sacó a relucir una vez más su carácter combativo en los peores momentos.

«No se ha vivido nunca lo de hoy. La victoria quedará marcada y registrada muy a fuego. No era normal jugar en las condiciones en que lo hicimos. Me queda remarcar el corazón de los jugadores, cómo se desempeñaron y se ayudaron. Jugaron por ellos, pero por un montón de gente que creía en ellos», aseguró el entrenador Marcelo Gallardo, en conferencia de prensa.

«No nos refugiamos, no hicimos un partido mezquino, más allá de las circunstancias, más allá de los errores es nuestra manera de jugar y pegamos en los momentos justos y eso sorprendió a Santa Fe. Luego defendimos el resultado con corazón e hidalguía», celebró el DT.

Sobre Enzo Pérez, «Napoleón» expresó: «Lo asumió con valentía. No es fácil pararse en un puesto que uno desconoce; no es habitual. Fue una designación en conjunto. Necesitaba que se sintiera con confianza, más allá que la responsabilidad iba a ser mía. No manejamos otros nombres, como dijeron en la semana. Íbamos a necesitar jugadores con piernas para que sostengan el partido y él era el único que no podía hacerlo y tomó la decisión de ir al arco. Por suerte salió todo bien, porque era difícil exponer a un jugador al arco».