El ambiente futbolero está en estado de suspensión. Sorprende todo. La noticia: Messi no continuará en el Barcelona. El modo: lo anuncia el propio club, cuando todo parecía encaminado. El motivo: “obstáculos económicos y estructurales”. El tono: demasiado frío para la despedida del mejor jugador de la historia del Barca, el que cambió la identidad de un club.
Nadie se cree que sobre la 10 blaugrana no se siga leyendo el apellido Messi. Este viernes, a las 11 de la mañana de Cataluña (6 am en la Argentina), el presidente Joan Laporta dará una conferencia de prensa para dar más precisiones sobre el caso que, por ahora, se entiende como un conflicto económico con La Liga, en el que Messi aparece como rehén. Esos son los “obstáculos económicos y estructurales” de los que habla el comunicado.
Aunque algunos medios señalan que el inesperado anuncio tiene que ver con una cuestión deportiva por el armado del plantel del Barcelona, la dificultad parece estar en que los números del Barca no entran en el tope salarial impuesto por el Fair Play Financiero que implementa la Liga. Se trata de una serie de medidas que impuso la UEFA para intentar frenar algunas inyecciones de dinero sin sustento real de los clubes, por la que una entidad no puede gastar más dinero del que ingresa. Las arcas catalanas se encontraban por encima de ese límite, porque además la masa salarial de su primer equipo está por encima del 70% de los ingresos del club. Pese a las salidas, Laporta no pudo destrabar esa situación.
El entuerto con La Liga, además, tiene otros cruces, con astillas que aún perduran del bombazo que resultó para el fútbol europeo la fallida Superliga que intentaron imponer los clubes más poderosos del continente, con los fondos otorgados por JP Morgan. Seguido del comunicado de la no renovación de Messi, el Barca replicó un comunicado similar al que había sacado el Real Madrid para manifestar la oposición al acuerdo que anunció La Liga con un fondo de inversión para la inyección de más de 3.000 millones de dólares en el campeonato español, afirmando que se hizo «sin el conocimiento» del club. El acuerdo con la inversora CVC es por un total de 2.700 millones, con un 90% destinado a los clubes.
Un total de 270 millones de esa cantidad iban a ir para las arcas del Barcelona con el fin de alivianar la situación finanaciera y aumentando en un 15 por ciento el capital de la institución, lo que hacía pensar en poder sellar la continuidad de Messi. El detalle es que ese acuerdo de La Liga con CVC incluye los derechos de transmisión por los próximos 50 años. Y tanto el Barca como el Real Madrid no participaron de esas negociaciones.
Después de sus casi cuatro semanas de vacaciones tras ganar la Copa América en el Maracaná, el rosarino había regresado a su casa en Castelldefels para firmar su nuevo vínculo con el único club que estuvo ligado en toda su carrera. Las cosas no salieron como esperaba Messi, que aún sorprendido espera por una resolución para su futuro.