Juan Martín Del Potro se coloca los brazos en jarra y observa hacia la tribuna, incrédulo. El portugués Joao Sousa dirige su mirada hacia el mismo lugar, con un gesto parecido. Lo que ocurre en la platea es tan ajeno a ese tenis en el que hasta está prohibido caminar por los pasillos mientras la pelota está en juego que ninguno de los dos sabe muy bien cómo reaccionar: entre las butacas, un hincha con la camiseta de Argentina se trompea con otro espectador, que viste una remera con el logo de la marca Rafa Nadal pero nadie duda de que es brasileño.
Se trata del primer estallido físico de una guerra fría que se vive en Río 2016 entre el público local y el argentino. Una tensión que se empezó a hacer visible desde los silbidos del público brasileño a la delegación nacional durante la ceremonia inaugural y que se palpa en cada ocasión que algún equipo o atleta albiceleste sale a competir bajo un mar de abucheos en portugués, pero que se comenzó a cultivar dos años atrás, durante el Mundial 2014 con el famoso cantito «Brasil, decime qué se siente», que dio la vuelta al mundo.
La rivalidad sólo existe dentro de la cancha. En las tribunas, los Juegos son de unión y amistad. #TreguaOlímpica pic.twitter.com/fe2yoio3J0
Rio 2016 (@rio2016_es) 8 de agosto de 2016
Por eso la pica, aunque se extiende a todas las disciplinas, tiene un componente bien futbolero. A punto tal que en el duelo que Las Leonas golearon 4-0 a Japón, los casi 2000 hinchas albicelestes presentes en el estadio dedicaron gran parte del último cuarto a recordar los siete goles que le metió Alemania a la Verdeamarela en la semifinal del Mundial 2014. Y eso no es algo que caiga del todo bien: los referentes del seleccionado masculino de básquet, con Emanuel Ginóbili y Luis Scola a la cabeza, se quejaron por el duelo de hinchadas que se vivió durante el partido contra Nigeria. Desde el fútbol, en tanto, el DT Julio Olarticoechea opinó: «Los brasileños hinchan en contra de Argentina en cualquier deporte. Se ponen locos cuando la gente les canta.»
El conflicto, más allá de que por momentos le da color y calor a los Juegos, tiene a los organizadores muy preocupados. Por eso, instantes después de que se produjera el incidente durante el partido de Del Potro, desde las distintas cuentas oficiales de Río 2016 en las redes sociales se lanzó una campaña denominada #TreguaOlímpica, para que reine la paz en los estadios. ¿Será posible?