-¿Te quieres ir, no?
-Sí.
-Lo único, tienes que ir con una persona del club.
-Arréglenlo con la AFA eso…

En la pretemporada en Italia, el Barcelona le gana 3-1 a la Fiorentina en un partido homenaje a Artemio Franchi. Es el 30 de julio de 2008. Lionel Messi tiene 21 años. Anda “insoportable”, con “cara de culo”. Pep Guardiola, entonces entrenador del Barcelona, lo detecta y le habla. Faltan apenas siete días para el debut de la selección argentina en los Juegos Olímpicos de Beijing. Messi sale “corriendo” de Florencia a Barcelona, tramita la visa china, y a la noche se sube al avión. Quería irse “a la mierda”. Y, sobre todo, quería “hacerlo saber”. “El título más valorado de mi carrera -agregará Messi años más tarde, antes de la Copa América de Brasil 2021- es la medalla de oro en los Juegos Olímpicos”.

Minutos después del 1-1 entre Aston Villa-Brentford por la Premier League, Emiliano Martínez desafía en Instagram: “Próxima parada AR”. A Dibu, arquero del Aston Villa, lo siguen su compañero Emiliano Buendía y Cristian “Cuti” Romero y Giovani Lo Celso, del Tottenham. Son parte de los 22 argentinos que las ligas de Europa se niegan a ceder para la atípica triple fecha de Eliminatorias al Mundial de Qatar 2022. Pero juegan en el equipo liderado por Messi, el jugador con más partidos en la historia de la selección, que 57 días después de ganarle la final de la Copa América en el Maracaná se cruzará en São Paulo ante un Brasil con diez bajas por las prohibiciones de las ligas: Alisson y Roberto Firmino (Liverpool), Ederson, Fabinho y Gabriel Jesús (Manchester City), Richarlison (Everton), Fred (Manchester United), Raphinha (Leeds), Thiago Silva (Chelsea) y Matheus Nunes (Sporting de Lisboa).

La selección argentina fue la única sin bajas en la triple fecha de Eliminatorias. A Brasil se le sumaron Chile, sin Ben Brereton (Blackburn Rovers) y Francisco Sierralta (Watford); Paraguay, sin Miguel Almirón (Newcastle); y Uruguay, sin Edinson Cavani (Manchester United). La Premier League esgrimió la cuarentena obligatoria de diez días al regreso a Inglaterra desde países en la “lista roja”, todos los de Sudamérica. El gobierno conservador de Boris Johnson considera peligroso viajar a Chile (71% de la población vacunada con dos dosis) y a Uruguay (72%), pero no a Polonia (49%), donde jugará el miércoles la selección inglesa. Tyrone Mings, capitán del Aston Villa, destacó incluso el “compromiso” de Martínez y Buendía, ese sentido de pertenencia. “Sé lo mucho que significa para ellos representar a su país -dijo Mings-. Eso no es algo que deba pasarse por alto o ignorarse. Dos jugadores internacionales tremendamente orgullosos de los que también deberíamos estar orgullosos”. Brasil volvió a perder en el Maracaná en la final de la Copa América después del Maracanazo en el Mundial de 1950. Aún mantiene el invicto como local en las Eliminatorias: ganó 45 partidos y empató 12. En el Arena Corinthians, Argentina pondrá a prueba la mística postítulo, el idilio recuperado con los hinchas de la selección. Y ante Brasil, que a pesar de las bajas le ganó 1-0 a Chile en Santiago y que cuenta con Neymar, de gran rendimiento en la final de la Copa en el Maracaná.

La negativa de las ligas a ceder a los futbolistas, amparada en la pandemia y el aumento de nueve a once días por un partido más en las Eliminatorias, volvió a mover la estructura del fútbol: el poder in crescendo de los clubes ante la FIFA, que percibe cómo pierde el monopolio organizativo del fútbol-negocio. En 2012, los clubes consiguieron que, cuando un jugador se lesione en partidos de selecciones, la FIFA pague el salario hasta que se recupere. Y en 2017, el pago de una suma de dinero al club por cada día de un jugador con su selección en un Mundial. En Rusia 2018, la FIFA pagó 209 millones de dólares a los clubes. “Ahora, en la superficie, está el Covid y las pérdidas económicas, pero la disputa existió siempre -explica Ariel Reck, abogado especialista en derecho deportivo-. Los clubes están cada vez más rebeldes, unen fuerzas y salen al choque, como con la intención de crear la Superliga Europea y con el Fair Play financiero de la UEFA. Y la FIFA avanza con la idea de hacer un Mundial cada dos años. La pandemia sirvió como excusa y acelerador de la disputa”. Gianni Infantino, presidente de la FIFA, movió en las últimas horas otra ficha: que los torneos continentales, como la Copa América, también sean bianuales.

La Premier (Inglaterra), LaLiga (España), la Serie A (Italia) y la Primeira Liga (Portugal) apoyaron la iniciativa de los clubes, que perderán a los convocados en la primera fecha de la Champions League. LaLiga recurrió además al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), que rechazó el pedido de no ceder a los jugadores. Los clubes no dan “permiso” a los futbolistas, avalados por el reglamento de la FIFA, que estudia sanciones a los ingleses. “Lo que está faltando es una decisión más fuerte de FIFA respecto a liberar o no a los futbolistas, pero que sea unánime y que sea por igual para todos los países”, apuntó el Tata Martino, DT de la selección de México, sin Raúl Jiménez (Wolverhampton) en las Eliminatorias de la Concacaf. “No me gusta que las selecciones sudamericanas pasen por este momento. Es una incertidumbre. Ser jugador de selección beneficia a los clubes. Es un momento de reflexión de las autoridades para que esto no se desvirtúe. Los clubes sudamericanos cada vez pierden más fuerza y los clubes europeos se hacen más fuertes”, dijo Ricardo Gareca, DT de Perú. No sólo fueron afectadas las selecciones de Sudamérica: los egipcios Mohamed Salah (Liverpool) y Mohamed Elneny (Arsenal) se quedaron sin los partidos por las Eliminatorias de África. “Si hubiera tenido que elegir en mi época entre jugar para Noruega o para el Manchester -dijo Ole Gunnar Solskjær, entrenador noruego del United-, hubiera tenido bien claro quién es mi empleador”.

Entre 2011 y 2020, Brasil y Argentina vendieron 15.128 y 7444 futbolistas. La Premier inglesa es la liga con más gastos en compras: 10.500 millones de euros. Y Manchester City, club-Estado del emirato de Abu Dhabi, fue el que más compró, con 130 fichajes. El top 30 de clubes compradores pertenece a Europa. Es el engranaje de la lucha intestina en el fútbol. A la larga, los países líderes en ventas de jugadores pagan las consecuencias del sistema exportador. “La ausencia de jugadores claves en sus respectivas selecciones falsea la clasificación para el Mundial -escribió Jorge Valdano en El País-. ¿Es más la Premier que un Mundial? No, es más el poder económico que el poder simbólico”. Cuentan que Messi ya habló con el chileno Arturo Vidal, el uruguayo Luis Suárez y el brasileño Neymar para que no vuelva a repetirse la situación. “Rebelión”, deslizaron. Con Messi a la cabeza, los futbolistas argentinos salieron de la posición de “rehenes” de los clubes-patrones: tuvieron un gesto maradoniano. El fútbol siempre será demasiado juego para reducirse a una cuestión de billeteras gordas. Y el fútbol de selecciones es cada vez más juntarse a jugar a la pelota. Messi ama jugar a la pelota. En especial con la camiseta argentina.