El domingo, mientras el Napoli volvía a ganar en la Serie A y le sacaba 19 puntos al segundo, en el grupo C de la Serie C el Catanzaro se consagraba campeón y ascendía a la Serie B tras 17 años, con 16 puntos de ventaja. Y en el grupo I de la D, el Catania (Sicilia) hacía lo propio hacia la Serie C, con 22 puntos de diferencia, seis fechas antes del final. Frosinone, el líder de la Serie B (+11 con el tercero, sin ascenso directo a la Serie A), 89 kilómetros al sur de Roma, también puede considerarse dentro de la “parte baja” de Italia. Si el año pasado la ultraderecha encabezada por Giorgia Meloni -“Yo creo que Mussolini fue un buen político”- ganó las elecciones por primera vez en la historia, apoyada por los partidos neofascistas del norte como Liga y Forza Italia, ahora el sur se toma un respiro redentor desde el calcio.
En la Serie B, a Frosinone lo acompañan Bari, Reggina y Palermo, entre los ocho primeros puestos, los de playoffs. “Después de un ciclo perdedor vivimos un momento de mucha vivacidad. Es una señal importante, un renacimiento. Hubo un fuerte desequilibrio, ahora vemos un cambio de tendencia”, le dijo Maurizio Stirpe, presidente del Frosinone, a La Gazzetta dello Sport. En la Serie A que domina el Napoli, cada vez más cerca del primer Scudetto post Diego Maradona, después de 33 años (temporada 1989/90), apenas tres equipos de los 20 son del sur (Lecce y Salernitana). El mezzogiorno había ganado una sola Serie A antes de la llegada de Maradona al Napoli, con el Cagliari (Cerdeña) en 1970. Catanzaro, ascendido a la B, jugó entre las temporadas 1978/79 y 1982/83 en la Serie A. “Calabria es una de las regiones más pobres de Italia y Europa. Y Catanzaro fue el primer equipo calabrés en la Serie A. Era un motivo de orgullo y redención social. Era el equipo más importante del sur, uno de los pocos que conseguía vencer a los grandes del norte. Aún hoy una canción de los ultras habla de la ‘La regina del sud’ (‘La reina del sur’) y ‘Il timore del nord’ (‘El temor del norte’)”, cuenta Emanuele Mongiardo, periodista y tifosi del Catanzaro.
La brecha entre el norte y el sur, según un informe de 2022 del Istituto Nazionale di Statistica, se amplió en “trabajo”, “crecimiento económico” y “reducción de desigualdades”. Dos de las terceras partes de las regiones y las provincias que alcanzaron los mejores índices son del norte. Y más de la mitad lo logró en los últimos cinco años. “Es cierto que quizás en Catanzaro ya no exista el sentido de venganza de los años 70 y 80, pero Calabria sigue siendo una región todavía más pobre, donde los jóvenes emigran en masa en busca de trabajo o para estudiar -relata el periodista Mongiardo-. Las ciudades no ofrecen casi ninguna atracción, por lo que ir al estadio o seguir al Catanzaro realmente sigue siendo una de las pocas cosas capaces de generar entusiasmo y sentido de pertenencia. Hoy Catanzaro, más allá de los que se quedaron en Calabria, tiene un valor especial para los que tuvieron que emigrar al norte. Cada vez que Catanzaro juega afuera, en el centro y el norte, miles de aficionados llegan a la tribuna visitante. Pero es un fenómeno que se da generalmente con los equipos del sur, dados los desequilibrios económicos de Italia. Por esto también es muy importante regresar a la Serie B”.
En los estadios del norte, aún hoy los clubes del sur, sus hinchas, son los “terrone”. Si en 1984 Maradona debutó con el Napoli en Verona, recibidos con las pancartas “Lávense” y “Bienvenidos a Italia”, en 2023 los ultras del Spezia le entonaron a los del Napoli: “Oh mamma mamma mamma/ sai perché mi batte il corazon/ è morto Maradona”. El nigeriano Victor Osimhen, el goleador de la Serie A (21), figura del Napoli, recibió insultos racistas en Roma y Verona. “He dicho Escuela del Sur porque en realidad nuestro Norte es el Sur. No debe haber Norte, para nosotros, sino por oposición a nuestro Sur. Por eso ahora ponemos el mapa al revés, y entonces ya tenemos justa idea de nuestra posición, y no como quieren en el resto del mundo”, decía en 1943 el artista uruguayo Joaquín Torres García, y dibujaba el mapa de América del Sur invertido. Pasaron 80 años. Y el fútbol italiano, a su manera, da vuelta la península.