Las primeras palabras de Messi, al borde mismo de la cancha, ya finalista una vez más de un Mundial. «Siento muchas cosas, es muy emocionante esto. Como siempre dijimos, ver toda esta gente alentando, la familia emocionada… Y bueno, cumplimos otro objetivo, vamos a jugar el último partido como queríamos, como soñábamos y vamos a dejar todo como lo hacemos cada vez que nos podemos esta camiseta»
Le preguntan a Messi si es su mejor Copa del Mundo y él vuelve a dejar de lado el título urgente para hablar de lo necesario, de lo que siente: «No sé si es mi mejor Mundial, solo estoy disfrutando mucho desde el primer día, a pesar de la derrota contra Arabia. Le pedimos en aquel momento a la gente que nos crea, porque este grupo es una locura y no íbamos a dejar tirada la ilusión de millones de argentinos. Sabíamos que nos íbamos a levantar»
Promediando el primer tiempo fue el único momento de preocupación para la Selección. No por el partido, sino porque el 10 se tocó atrás del muslo, elongó, hizo algún gesto de preocupación y hasta intercambió palabras con un Scaloni en alarma. Pero el propio Messi hizo que los fantasmas se fueran diluyendo, pateando el penal con potencia, con los piques cortos que nunca dejó de meter, con las gambetas intactas ante dos, tres o cuatro croatas. «Estoy bien físicamente, sé que algunos se asustaron (risas). Sí es verdad que estamos cansados, pero las ganas y el corazón son más fuertes. Por momentos no podía levantar las patas, pero la alegría y la felicidad son mayores. Y ver a los compañeros meter como meten también te genera mayor compromiso»
Messi sabe que el domingo puede ser aún más leyenda, aunque no habrá resultado de un partido, por final del Mundial que sea, que pueda enturbiar su magia inacabable: «Acá no existe la plata ni nada que pague esto. Salimos a jugar por la gloria, por la camiseta, por la gente que viajó hasta acá y la que está en Argentina, seguramente feliz. Y que nadie dude que el domingo vamos a seguir así», finalizó el capitán argentino.