Como pocas veces antes, Lionel Messi brindó una entrevista en un medio argentino en la que intentó echar por tierra las distintas acusaciones que recibe desde parte de la sociedad y del periodismo y en la que aseguró que no tiene pensado dejar de representar al equipo nacional. «Yo quiero ganar algo con la selección, lo voy a seguir intentando, y voy a jugar todas las cosas importantes», dijo en diálogo con El que abandona no tiene premio (Radio FM 94.7).
«Mucha gente me decía que no lo haga, que no vuelva a sufrir. Mi hijo Thiago de 6 años me preguntó por qué me mataban en la Argentina. El ve todo el tiempo videos en Youtube. Y me pregunta por qué no me quieren. Yo tengo que pasar por esas cosas, pero no me importa», agregó a más de medio año del Mundial de Rusia 2018 y a una semana de haber vuelto a jugar en la Selección después su descanso.
El capitán del equipo y cinco veces ganador del Balón de Oro al mejor jugador del mundo insistió en criticar lo que se dice todo el tiempo sobre su figura. «La gente compra todo lo que se dice. Después soy yo el hijo de puta, y a los que más le duele todo eso es a mi familia. Se dijeron muchas mentiras. Todos los días se dicen mentiras nuevas. Dijeron que me fui por un bautismo y yo no lo sabía. Mirá si yo voy a dejar de jugar un partido por un bautismo, es una boludez tremenda. He dejado mil eventos más importantes porque tuve que jugar un partido», repasó y sentenció: «Yo no quiero convertir en realidad todas las mentiras que dicen. No elijo a los entrenadores de la selección. Vivo escuchando cosas malas y se hace difícil disfrutar con ese entorno. Lo del «club de amigos» se viene escuchando desde hace años, que yo ponía jugadores o técnicos, que hacíamos lo que yo decía y que manejaba prácticamente toda la AFA. El club de amigos es el Pipa Higuaín, Agüero, Mascherano, Di María, todos los de ese momento eran los mejores en el mundo. Te da bronca».
Una de las situaciones sobre las que más se habló fue la reunión entre jugadores y el cuerpo técnico durante el Mundial de Rusia, que por parte del periodismo fue interpretado como un supuesto «golpe de estado» al entrenador Jorge Sampaoli. «Escuché a Lucas Biglia hace poco y lo contó. Nos juntamos todos como grupo porque estábamos en una situación límite, nos íbamos. Iba a ser uno de los fracasos más grandes de la historia de la Selección. Nos unimos, nos dijimos las cosas como hacen los grandes grupos. Es algo normal que tiene que pasar también para la mejoría de un grupo», explicó Messi, quien reconoció: «La eliminación del Mundial fue de los golpes más duros que tuve».
Al decir eso, recordó el Mundial de Brasil 2014, en el que Argentino perdió la final ante Alemania en el tiempo extra. «Ser campeón del mundo es lo máximo y nosotros estuvimos ahí. No se paga con nada, creo. Me lo cuentan otros que ya lo vivieron. Es lo más lindo y lo más importante del fútbol. Yo gané todo a nivel de clubes, pero es duro no haberlo conseguido en mi país. Si hubiéramos ganado el Mundial de Brasil todo hubiese sido diferente. Lo perdimos por detalles. Hace poco pensaba: la España de 2010 era un equipazo, eran fenómenos, pero también tuvieron suerte en la final del Mundial contra Holanda. Y antes le ganaron a Paraguay por penales. Muchas veces precisás de esos momentos y nosotros nunca los tuvimos».