A Gustavo Fernández se le mezclan las sensaciones. Aunque el tenista en silla de ruedas parece tranquilo, dice que los nervios van por dentro. Es su segunda participación en los Juegos Paralímpicos, en el que, además, fue abanderado. Es un honor hermoso y sólo pienso en disfrutarlo. No me lo esperaba, tendré una responsabilidad muy grande en mis hombros, le dijo a Tiempo el cordobés de Río Tercero, que hace tres meses ganó Roland Garros. Me cuesta decir en voz alta soy el campeón vigente de Roland Garros. Es muy fuerte. Me genera orgullo saber que conquisté el torneo por el que tanto luché y creo que bien merecido lo tengo, porque como todo atleta paralímpico me rompí el culo para llegar a donde estoy, cuenta Fernández, de 22 años, quinto en el ranking.
-¿Qué significa volver a un Juego Paralímpico?
-Estar es un premio por todo el esfuerzo que hacemos. Llegar a un Paralímpico no es algo menor, no sólo por decir estoy, sino por todo lo que representa: ponerse la camiseta argentina, competir en nombre de un país y estar con los atletas más importantes del mundo. Es un combo perfecto, esperemos que esta vez sea con medalla.
-¿En qué cambió tu vida después de ganar Roland Garros?
-No cambió en el día a día, pero no hay noche en que ponga la cabeza en la almohada y no sonría al recordar que concreté un sueño tan importante en mi vida. Locamente la realidad supera a los sueños y creo que todo lo que pasó desde que gané Roland Garros fue hermoso. Ya había ganado en dobles Wimbledon, pero lo que pasó en Francia superó todo lo imaginable. Ojalá que la realidad siga superando a los sueños, porque ya soñé con hacer un gran papel en los Paralímpicos.
-¿Te imaginas llegando a la final como Del Potro?
-Estoy con expectativas, porque mi año viene muy bien. Estoy jugando como siempre quise y estos Juegos pueden ser brillantes. Lógicamente no voy a ir a Río a pasear, busco quedar entre los mejores y sé que no será fácil, porque adelante tengo jugadores muy buenos, que nos conocemos mucho. Del Potro me hizo disfrutar todo el torneo y su actuación me puso muy contento por el tenis argentino y por él. Siento que es una inspiración para todos los deportistas y ojalá algún día pueda ser como Del Potro.
Cuando sólo tenía un año y medio, Fernández sufrió un infarto de médula que lo dejó en silla de ruedas, sin movilidad de la cintura para abajo. Esto no impidió que el deporte se metiera en su vida. Lo logró por su esfuerzo y porque lo lleva en la sangre: su padre, Gustavo Lobito Fernández, fue un destacado basquetbolista, igual que su hermano, Juan Manuel Fernández, que hasta hace muy poco compartió minutos con los jugadores de la Generación Dorada. Era inevitable que tuviera contacto con el deporte por mis lazos familiares y porque siempre tuve mucha pasión, explica. A Fernández le encanta el básquet, pero se dedicó al tenis porque lo atrapó competencia: Sabía en lo que me estaba metiendo y es muy gratificante tratar de ser cada día un poco mejor. Me siento un tenista como cualquier otro, afirma el cordobés, que ganó tres medallas de oro y una de plata en los Juegos Parapanamericanos de 2011 y 2015, y que en el anterior Paralímpico de Londres 2012 perdió en los cuartos de final.
-Hace un mes Luis Scola llevó la bandera argentina en la ceremonia de apertura. ¿Hablaste con él para ver qué se siente en ese momento?
-Ojalá hubiese podido hacerlo. Todavía no tuve el honor de conocerlo, pero sueño con poder hacerlo porque para mí es un prócer del deporte argentino. Es como San Martín. Mi hermano me dijo que es un líder positivo, que tenerlo de compañero fue increíble. Cuando me dijeron que iba a ser el abanderado, que iba a tener la misma suerte que tuvo él, sentí una alegría enorme. Será uno de los momentos más lindos de mi vida. Pase lo que pase, será inolvidable.
-¿Crees que la gente se puede enganchar con los Paralímpicos?
-Creo que si le dieran la chance, la gente se prendería mucho. Lógicamente no tiene la misma repercusión, pero se está trabajando para darle más importancia y me encantaría que en un futuro sea algo masivo. Es muy importante el paso que estamos dando, porque estamos evolucionando.
-¿En cuánto te ayudó en Enard a ser lo que sos hoy?
-Es un organismo fundamental para nosotros. Sin ellos, no podría ni siquiera estar pensando en viajar a Río ahora. También fue muy importante la Secretaría de Deportes, porque el tenis es un deporte muy caro y ellos se han hecho cargo de todo de una manera que nos ha permitido a nosotros trabajar con más tranquilidad.