El 9 de octubre se va a cumplir una década desde que Martín Sharples inició una travesía que lo llevó desde Buenos Aires hasta La Higuera, en Bolivia, el lugar en el que asesinaron a Ernesto Guevara en 1967. Se cumplían 40 años de la muerte del Che. Esos 2145 kilómetros en bicicleta eran una forma de homenaje. Ahora, cuando se están por cumplir 50 años del fusilamiento del revolucionario, Martín tiene otra travesía por delante: recuperar la silla de ruedas de competición que le robaron hace una semana.
El domingo pasado, cuando salió de su casa de La Paternal camino a una carrera en Caseros, provincia de Buenos Aires, Martín se encontró con su camioneta abierta. Y la silla que no estaba. «Es una silla americana de 2003 marca Eagle. Cuando la compré me salió 2000 dólares, ahora está en 3400. No hay muchas de esas en el país», dice Martín, que perdió su pierna izquierda el 24 de abril de 1993 cuando un camión lo atropelló con su moto en la Ruta 8. Martín jugaba al rugby en el club Porteño, pero desde entonces se dedicó a correr. Con prótesis o con silla de ruedas. Hasta que hace tres años le ganó al tiempo: volvió a jugar al rugby en Porteño, algo que hizo hasta el año pasado.
Además de haber realizado la denuncia, que recayó en la Fiscalía de Instrucción N°26, a cargo de Patricio Lugones, y de seguir con la búsqueda de la silla, por consejo de amigos Martín creó un evento en la web Evenbrite para recibir donaciones (http://bit.ly/2xkZaH2), desde donde se pueden hacer aportes desde 20 pesos. La meta es llegar al 18 de diciembre con otra silla, y encontrarse ese día en el Rosedal de Palermo con todos los que ayudaron a recuperarla.
«Es un robo extraño. Primero porque hay un domo a cincuenta metros de ahí, por lo que se podría saber quiénes fueron. Segundo porque es una silla grande, muy difícil para llevársela. Además, ¿a quién se la van a vender? Las partes no sirven por separado. Y somos muy pocos, nadie va a ir a competir con esa silla», cuenta Martín. Sin querer entrar en miradas conspirativas, ¿acaso pueda tratarse de una represalia? ¿Alguien que lo conoce y le quiso hacer daño? «Hubo amigos -admite- que me lo dijeron. Incluso por mis expresiones políticas y sociales. Pero yo no lo puedo pensar así, sería muy grave».
Martín es un activista por los Derechos Humanos, además de un luchador por la igualdad de los atletas. Así como nunca falta a la Carrera de Miguel, en homenaje a Miguel Sánchez, fondista desaparecido durante la dictadura, también participa de otras carreras con sus propias consignas. En la última 21k de Buenos Aires, Martín corrió con su prótesis y la imagen de Santiago Maldonado en su remera de La Poderosa. Con una pregunta: «¿Donde mierda está?».