Hola, ¿cómo están?

No esperábamos una definición así del grupo de España y Alemania pero la tuvimos, qué importa. Hubo tres minutos en el que se quedaban afuera los dos, pasaban Japón y Costa Rica.  Fue en ese momento en el que sentimos que el fútbol puede hacer todo distinto. No importa quién lo merece, quién no lo merece, importa quien lo juega. No pudo ser Costa Rica, pero el primer puesto fue para Japón, la selección de la que nos enamoramos en el primer partido, contra Alemania, con su hinchada, su equipo. Tenía que ganarle a España y le ganó. Nos pasamos cambiando de pantalla.

Hay mucha bronca en Alemania por el segundo gol de Japón a España, el de Ao Tanaka, que de algún modo es el que los deja afuera del Mundial. Kaoru Mitoma tira un centro y la pelota parece afuera. Pero la revisión indica que todavía toca la línea –como publicó BeinSports en este video– aunque una de las imágenes, una toma desde atrás, la muestra completamente afuera. Medios sensacionalistas lo comparan con el gol fantasma de Geoff Hurst con el que Inglaterra eliminó a Alemania en 1966. Esta tapa de The Game, el suplemento deportivo del diario The Times, es muy buena: “La pelota está adentro… Alemania choca”. 

Es el segundo Mundial consecutivo en el que los alemanes tienen que irse en la etapa de grupos. Se va una selección que protagonizó con España uno de los partidos técnicamente mejor jugados del Mundial. Tiene futbolistas extraordinarios como İlkay Gundogan y Jamal Musiala, pero le falta caos al equipo. La técnica, el juego estructurado, la sinfonía de pases, siempre necesita algo de desorden. Apareció algo de eso frente a Costa Rica pero ya era tarde, ya había desaprovechado los partidos anteriores. Por eso Hansi Flick, el técnico alemán, no quiso agarrársela con España por haber perdido frente a los japoneses. Es toda de ellos y es durísimo para una selección que ganó cuatro Mundiales y por la que se repite el axioma, adjudicado a Gary Lineker, de que el fútbol es un deporte que inventaron los ingleses, en el que juegan once contra once, y en el que siempre gana Alemania. Ya no sólo no gana siempre, también se van en primera rueda. Los qataríes se burlaron recordando cuando se taparon la boca. 

Luis Enrique, el streamer del Mundial, dijo que nunca se enteró de lo que estaba pasando en el otro partido, que durante unos minutos estuvieron afuera porque Costa Rica le ganaba a Alemania. Le hubiera dado un infarto, dijo. La venganza del 7-0 que no fue. Pero también una muestra de que en un Mundial te podés levantar de que te llenen de goles. Y al revés, después de ese inicio, España entró por la ventana, en el segundo lugar. En modo colapso, lo describió Luis Enrique.

Marruecos gana y ahora va por España

Prepárense para lo que viene porque el rival de España será Marruecos, que le ganó 2-1 a Canadá y se quedó con el grupo. Hubo fiesta en Rabat y hubo fiesta en Doha, donde los hinchas marroquíes son multitud. Hace unos días, después del partido que le ganaron a Bélgica, Youssef fumaba a la espera de un ómnibus, a la salida de la estación Legtaifiya, con gorra de Marruecos, camiseta de Marruecos y bandera de Palestina. “Los europeos -me dice- se creen que el fútbol les pertenece a ellos y acá estamos”. 

La bandera de Palestina está en cada partido de Marruecos. “Free Palestine”, se lee. Su triunfo se celebra en Rabat, en Doha y en Gaza. Jawad El Yamid, jugador de la selección, sacó la bandera palestina en medio de la cancha para la celebración. Nunca Palestina estuvo tan presente en un Mundial. Imad, que llegó a Qatar hace tres años desde Gaza, va a la cancha con sus cinco hijos, todos palestinos. Su mujer es docente, él arregla computadoras. Los periodistas israelíes que llegaron a Qatar para cubrir el Mundial viven con incomodidad esta localía. Hasta Jeremy Courbin aprovechó la bandera de Marruecos para reclamar por Palestina.  

Pero Marruecos tiene una buena relación con Israel. Y Mohamed VI, su monarca, mantiene ocupado el Sahara Occidental. Y en el trasfondo del partido que tendrán en octavos de final contra España siempre están Ceuta y Melilla y la inmigración. Pasó en Rusia 2018, donde empataron 2-2 en la zona de grupos. En ese partido convirtió Youssef En-Nesyri, delantero del Sevillla, que volvió a marcar ayer frente a Bélgica. Primer jugador marroquí en convertir goles en dos Mundiales. La banda derecha del equipo es su costado peligroso con Achkraf Hakimi, compañero de Lionel Messi en el PSG, y con Hakim Ziyech, del Chelsea. Su entrenador Walid Regragui asumió hace pocos meses y lo hizo regresar a Ziyech, que había renunciado a la selección de su país. Ayer los jugadores festejaban pegándoles todos en la pelada. 

Los hinchas inundaron el Souq Waqif, el mercado de Doha. Volvieron a cantar por Palestina, en una canción que se repite en las calles. “No dejaremos que te pase nada, oh Gaza, aunque estés lejos, oh Rafah, oh Ramallah. El mundo árabe está enfermo”, cantan. En el Mundial árabe quedó Marruecos, país árabe, musulmán, el país de los bereberes ahora va contra España.

Hoy se cierra la fase de grupos. Uruguay tiene que ganarle a Ghana y esperar un resultado de Portugal-Corea, que sea empate o victoria de la selección de Cristiano. Juegan ambos al mediodía de la Argentina. Brasil juega con Camerún para quedarse con el primer lugar. Pero el partido eléctrico es Suiza contra Serbia. En Rusia 2018, Xherdan Shaqiri y Granit Xhaka festejaron contra Serbia con el águila de Albania sus goles. Ambos son de origen albano-kosovar. Los serbios ahora taparon el mapa de Kosovo con sus colores. Juegan a las 16.

Hasta la próxima carta,

AW