En una de las actuaciones más dramáticas, Los Pumas consiguieron su clasificación a las semifinales del Mundial de rugby Francia 2023 por tercera vez en la historia tras vencer este sábado a Gales por 29-17 en un partido por los cuartos de final jugado en el Stade Velodrome de Marsella, Francia.
Lejos de conformarse con la hazaña, el entrenador del seleccionado, el australiano Michael Cheika, asumió que Argentina no será «favorito» en la semifinal pero descontó su compromiso en la búsqueda de un nuevo triunfo, ahora en búsqueda de la final. «Estamos encantados de ir a París. No seremos favoritos, eso seguro, pero lo daremos todo«, dijo el coach oceánico, minutos antes del segundo cruce de cuartos de final jugado ayer, en el que Nueva Zelanda venció 28-24 a Irlanda. Los Pumas, por lo tanto, enfrentarán a los All Blacks el viernes a las 16 en el Stade de France, en el suburbio parisino de Saint-Denis.
«No quiero emocionarme, pero estos jugadores son muy buenos chicos. Han trabajado muy duro y hemos visto el resultado de ese trabajo al final del partido», reconoció el australiano. «Íbamos por detrás en el marcador, así que teníamos que esforzarnos. Todo el grupo, incluidos los diez que no anotaron, hizo un gran esfuerzo», agregó.
A su vez, el wing rosarino Emiliano Boffelli celebró la clasificación a las semifinales como una «revancha» por lo ocurrido en la edición anterior, Japón 2019, en la que tuvo un error de ejecución en un partido decisivo ante Francia. «El rugby me da revancha. Trabajé muchísimo para sacarme de encima esa patada con Francia. La pasé realmente muy mal», admitió eufórico Bofelli, en relación al penal que falló hace cuatro años en el debut argentino. «No lo puedo creer, sinceramente, aunque la realidad es que sentíamos que este partido con Gales tenía que ser para nosotros. Lo fuimos construyendo de menor a mayor, con errores, como siempre pasa, porque no se puede jugar de manera perfecta. Me perdí un penal al comienzo pero después pude acertar y el equipo respondió», dijo.
Boffelli fue el máximo anotador del partido con Gales con 16 tantos, conseguidos mediante cuatro penales y dos conversiones. «¡El rugby argentino vuelve a estar entre los cuatro mejores del mundo! Me gustó mucho el equipo en la caza de la pelota, la presión, la defensa, la disciplina. Todo salió como esperábamos. No nos salimos del sistema, a diferencia de lo que había pasado con Inglaterra. En los momentos malos, volvimos a nuestras bases y nunca dejamos de confiar», destacó el wing rosarino, que también hizo un reconocimiento a su compañero Matías Moroni, protagonista de un milagroso tackle que evitó un try de Gales sobre el final del partido, cuando el marcador estaba 19-17 para Los Pumas. «Está enfermo, se lo dije después del partido. No se puede creer cómo cerró la cancha. Esa fue una jugada de siete puntos para nosotros», concluyó.
Por su parte, otro de los wings de Argentina, Mateo Carreras, destacó el aporte de los jugadores ingresados desde el banco de suplentes. «Confiamos cien por ciento en todos los chicos que estaban en el banco. Creo que lo ganaron ellos. Sabíamos que iba a ser un partido duro, que se iba a definir en el minuto 70 u 80. Feliz por el equipo», destacó Carreras, figura argentina en el partido anterior, ante Japón, que aseguró el boleto a cuartos de final.
El equipo dirigido por Cheika revirtió contra Gales un marcador desfavorable hasta el minuto 57 con dos tries de los ingresados Joel Sclavi y Nicolás Sánchez en el tramo final del juego, ambos convertidos por Boffelli. El propio Sánchez, máximo anotador histórico de Los Pumas en la Copa del Mundo, decoró el heroico triunfo con un último penal ante el delirio de los miles de argentinos que asistieron al Velodrome. «Se sufrió mucho, no se pueden disfrutar los partidos así, quizás sea entretenido de ver desde afuera. Pero ya está, nos vamos a París. Queríamos quedarnos las siete semanas en el Mundial y lo logramos. Ahora intentaremos ganar lo que viene», afirmó.
La historia escrita por Los Pumas en Marsella también permitió lograr la primera victoria frente a Gales en el tercer antecedente mundialista, un mérito en el que tuvo especial preponderancia Moroni, en los minutos finales, con un milagroso tackle a centímetros del ingoal. Ese eventual try de Louis Rees-Zammit hubiera castigado un segundo tiempo perfecto del conjunto «albiceleste», que se inició con una remontada en el marcador gracias al pie de Boffelli.
Gales se fue en ventaja al descanso (10-6) y también lo estuvo al promediar la parte final gracias al aporte de su apertura Dan Biggar, autor de un try, dos penales y una conversión, y de Tomos Williams, responsable del otro try de su equipo. Argentina se mantuvo en partido con cuatro penales de Boffelli, entre el final de la primera parte y el inicio de la segunda, lo que abrió paso a los mejores momentos del equipo. Los Pumas buscarán el pase al último partido de la competencia por primera vez, luego de perder las semifinales de las ediciones 2007 y 2015, en las que finalizaron tercero y cuartos, respectivamente.
«Ahora queremos llevar a Los Pumas por primera vez a la final del Mundial», señaló Nicolás Sánchez, autor del try más celebrado. «Fue un poco la intuición en la intercepción. Alcancé la pelota e intenté correr rápido, incluso aunque no fuera suficiente. Fue un momento con un papel diferente para mí. A partir de mañana comenzaremos a preparar la semifinal, sabemos que el adversario no será fácil», agregó el tucumano de 34 años, sobre un wing que ya quedó en la historia, aunque Los Pumas quieran más. «