Los deportes virtuales ya eran una tendencia creciente en los últimos años. Un boom, como a veces se define a estos fenómenos. El inicio de la pandemia, con meses de encierro y sin actividad deportiva física, generó una auténtica revolución: es de los pocos rubros con indicadores positivos en este 2020 a escala global. En Argentina, más del 20% de los millennials son habituales consumidores de competencias. Y cuatro de cada diez juegan periódicamente. A esa industria fértil se sumaron muchos exdeportistas, ya no como gamers ocasionales sino como inversores.
Así como durante la década del ’80 y ’90 muchos exfutbolistas colocaron las ganancias de sus carreras en complejos de fútbol 5 por tratarse de un negocio que les resultaba familiar, la misma ecuación ahora parece replicarse con los esports. La tendencia ya se imponía en Europa y Estados Unidos: Fernando Alonso, Antoine Griezman, Gerard Piqué, Shaquille O’Neal y Stephen Curry son algunos de los nombres de peso que se colaron en el mundo de los deportes electrónicos en el último tiempo.
En estos meses, se sumaron algunas figuras del deporte argentino como Sergio Agüero, Guillermo Coria, Fabricio Oberto y Pablo Aimar. El del Kun quizá sea el caso más visible: se trata de un futbolista en su plenitud, más allá de la mala racha de lesiones que atraviesa. A la par de la inactividad, el delantero se destapó como una verdadera estrella en su canal de streaming de la plataforma Twitch, donde más de 2 millones y medio de seguidores disfrutan de sus divertidas interacciones y también los desafíos con otros deportistas famosos. Semanas atrás anunció la creación de su propio equipo, KRÜ, un proyecto que tendrá dos sedes: una en Argentina y otra en Barcelona. La idea del goleador, en principio, es crear un equipo para el FIFA 21 y luego abrirse a otros juegos populares como el League of Legends, Rocket League o Counter Strike. “Esto va a ser como en Manchester City cuando llegó el jeque”, bromeó el Kun al presentar su nuevo proyecto, que buscará potenciar los talentos argentinos y ya cuenta con importantes auspicios, entre ellos Twitch, y tiene un staff completo de jugadores, entrenadores, analistas, mánagers y streamers. Agüero se dio el gusto de que el primer fichaje de su equipo sea el argentino Yago Fawaz, número 9 del mundo en Clubes Pro de FIFA, quien jugó para Independiente en la e-Superliga.
El Kun saltó a un terreno en el que ya pisaban otros exjugadores ya retirados, que también representaron a lo grande al deporte argentino. Fabricio Oberto, integrante de la Generación Dorada, relanzó este año su equipo New Indians GG y el tenista Guillermo Coria, exnúmero 3 del ránking ATP, fundó su team New Pampas. En el caso del campeón olímpico, su escudería compite en League of Legends y este año se fusionó con el gigante de las computadoras Intel. En tanto, la escuadra de Coria apunta principalmente al FIFA pero también compite en League of Legends, Fortnite y Counter Strike. “La meta es poder llegarles a los chicos de esta generación, lograr que el gaming pueda ser más integrador y más inclusivo”, explicó el tenista su proyecto, que incluye dos oficinas para que los jugadores entrenen y compitan, como si se tratara de un horario laboral. Lo de Aimar fue menos audaz: se sumó con una inversión a un equipo profesional ya existente, Wygers, creado en 2019 en España. La escuadra salió en busca de financiación, en la que el técnico de la Selección Sub 20 entró como el principal inversor. La vieja pregunta de si se puede considerar a los gamers como deportistas la empiezan a responder nada menos que los atletas más reconocidos.