En el fútbol argentino, salvo Colón, ningún equipo parece sacar ventaja. La Copa de la Liga sigue, pese a los contagios masivos en los planteles: los que se destacaron esta fecha son los viejitos Sand y Licht. Un gol por Malvinas. Los nombres nuevos que aparecen en el tenis. El entrenador campeón que festejó la Copa del Rey como un hincha, en España, donde un acto de racismo conmueve al mundo del fútbol.

Vasco y del Rey: un festejo especial para un título especial

La pandemia había dejado en pausa, entre otros eventos deportivos, la final de la Copa del Rey 2020, que no era una final más: la protagonizaban la Real Sociedad y el Athletic de Bilbao. El clásico vasco en la final del torneo más tradicional de España. Ambos clubes se habían puesto de acuerdo, en principio, para que semejante acontecimiento se postergara hasta que sea posible la presencia del público. No pudo ser, jugaron este sábado, en Sevilla, en un estadio vacío. En Bilbao y en San Sebastián, de todos modos, hubo juntadas masivas, que terminaron con incidentes. El partido se lo llevó la Real, con un ajustado 1 a 0, tras un tanto de Mikel Oyarzabal, de penal. Es la segunda Copa que levanta el equipo donostia, en una final que quedará en la historia pese al poco marco. El peso del título lo demostró el entrenador vasco, Imanol Aguacil, durante la conferencia de prensa. “Ahora le voy a dar paso al aficionado”, anunció, y terminó con la camiseta puesta, alzando una bufanda y a los gritos por el campeonato del equipo en que también se formó como jugador.


Viejo es el viento y sigue jugando 

Mientras el fútbol argentino continúa con su calendario pese a los distintos brotes de Covid en los planteles -Sarmiento de Junín, Gimnasia y Banfield, los casos más explícitos-, una de las grandes funciones de esta octava jornada de la Copa de la Liga se dio justamente en el Bosque de La Plata. José Sand, 40 años, capitán de Lanús, y Lucas Licht, 39, emblema del Lobo, dieron un recital de fútbol y mostraron su jerarquía. El partido terminó 4 a 2 para el Grana, que se ubicó segundo en el Grupo B. Pero lo mejor estuvo en la actuación de los capitanes. Licht anotó dos golazos con su zurda, el primero para aplaudir cada vez que se lo mira: agarró de lleno una volea desde afuera del área y la colgó de un ángulo. El goleador Sand, en tanto, se vistió de asistidor: participó en tres de los cuatro goles granates. En el primero, de Facundo Pérez llegó al fondo y mandó el centro atrás; en el segundo, también de Pérez, asistió dentro del área; en el tercero mostró su oficio para, con un pase preciso, dejar de cara al gol a Pepo De La Vega. 


La dignidad vale más que tres puntos

Más allá de la definición de la Copa del Rey 2020, también hubo fecha en España. La gran novedad deportiva fue la caída del líder Atlético de Madrid, ante Sevilla, con gol de Marcos Acuña. Eso pone la tabla de posiciones al rojo vivo en la previa del clásico Real Madrid-Barcelona. Pero lo más importante sucedió en Andalucía, en el partido entre Cádiz y Valencia. Un comentario racista de Juan Cala, defensor del Cádiz. “Negro de mierda”, le dijo al francés Mouctar Diakhaby, del Valencia. Los dos jugadores comenzaron a discutir y el francés le indicó al árbitro que iba a abandonar el terreno de juego, decisión que tomaron también sus compañeros de equipo. Pasados unos 10 minutos, ambos equipos regresaron a la cancha para reanudar el juego: los jugadores del Valencia sabían que podían ser sancionados y volvieron por pedido expreso de Diakhaby, que pidió ser reemplazado. Sí lo hizo Cala, que fue sustituido al descanso, aunque había puesto el 1 a 0 para el local a los 14 minutos. “Nos han dicho que o salíamos o perdíamos, pero lo hicimos porque nos lo pidió Diakhaby. Está hundido. No voy a decir lo que le han dicho, pero nos ha dicho que ha escuchado un insulto muy feo”, aseguró el capitán del Valencia, José Luis Gaya. El partido, finalmente, terminó 2 a 1 para Cadiz. Pero el resultado fue lo de menos: el fútbol español quedó sacudido por este acto de racismo, recurrente en Europa aún promediando el siglo 21.



Los apellidos que asoman en el tenis mundial

Se sabe: el tenis vive un momento de cambio tras casi 15 años de reinado del Big 3, los siempre ganadores Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic. Por eso hay que acostumbrarse a ver rostros no tan conocidos levantando trofeos, a apellidos no tan familiares sobre el cartel de campeón. El  tenista polaco Hubert Hurkacz conquistó este domingo su primer Masters 1000 en Miami al derrotar en una inesperada final al italiano Jannick Sinner, que aspiraba a convertirse en el ganador más joven del torneo a sus 19 años. Hurkacz, 34 años, número 37 de la ATP, venció a Sinner, número 31, por 7-6 (7/4) y 6-4. Es el primer tenista polaco en ganar un Masters 1000. «¡Gran victoria para Hubert Hurkacz!», escribió en Twitter el presidente de Polonia, Andrzej Duda. «Otro tenista polaco al más alto nivel del mundo. ¡Orgullo!» «Sin el ‘Big 3’, todos los chicos de la próxima generación tratamos de dar lo mejor, de competir tanto como se podía. Estoy muy muy contento de poder levantar el mayor trofeo de mi vida hasta ahora», reconoció el polaco, que eliminó a dos miembros del Top-10 de la ATP, el griego Stefanos Tsitsipas (5) en cuartos y el ruso Andrey Rublev (8) en semifinales. Hurkacz y Sinner protagonizaron la primera final de Masters 1000 entre dos tenistas de fuera del Top-30 de ATP desde París en 2003. 





De la Fuente y un gol por Malvinas

Hernán de la Fuente tiene 24 años y juega como lateral derecho en Vélez. En 54 partidos ya marcó cuatro tantos, un buen promedio para un lateral. El defensor no se olvidará el que marcó este domingo, ante Unión, con las Islas Malvinas en el pecho, una conmemoración que usaron todos los equipos de Primera en esta fecha 8, en homenaje por el 2 de abril. De la Fuente marcó el primer gol del triunfo por 4 a 2 ante Unión, se señaló las Malvinas y realizó una M con sus manos, en un claro gesto malvinero. Luego del juego explicó por qué: su papá fue enviado a la guerra en 1982, aunque no llegó hasta las Islas. “Si bien no pisó las Malvinas, estuvo a punto. Como se sabe, a muchos chicos que estaban haciendo el servicio militar los llevaron sin tener idea de lo que iba a pasar. Al grupo que estaba él, minutos antes de subirse a un barco, les dijeron que no viajaban porque los ingleses estaban bombardeando, que si salían no iban a poder llegar. Se tuvo que quedar en el continente tirándole a los aviones que pasaban”, fue el testimonio de De la Fuente, que también contó que al ver la camiseta conmemorativa en el vestuario pensó: “Ojalá hacer un gol para poder mostrar lo que significa eso para mí y para todos los argentinos». Lo hizo.