Gracias, no tengo ganas de perder el tiempo.» Así respondió Liliana Suárez a la invitación que le hizo Patricia Bullrich para asistir a la presentación de la «implementación del nuevo control e identificación de los accesos a los estadios» en el Auditorio del Ministerio de Seguridad. Liliana es la madre de Daniel García, asesinado hace 21 años en Paysandú, Uruguay, después de ver el partido entre Argentina y Chile por la Copa América. Tenía 19 años, y recibió tres puñaladas cuando barras de Deportivo Morón y Tigre atacaron la combi en la que había hinchas de Platense y Defensores de Belgrano. El crimen ocurrido en 1995 sigue impune y la causa, prescripta. Pero Liliana, que escuchó a centenares de políticos decir que erradicarían la violencia en el fútbol, sigue pidiendo justicia por su hijo y del resto de las víctimas.
-¿Por qué no fuiste a la reunión?
-Sinceramente no quería perder el tiempo escuchando promesas falsas. Pasan los años y uno se va desgastando y va perdiendo la esperanza. Nos defraudó Lugones, que desde que llegó a la Aprevide no nos llamó nunca más, y eso que antes era el abogado principal de los familiares de víctimas de violencia en el fútbol. Llegan hasta dónde quieren llegar y después se olvidan de todo. Siempre digo que resisto cualquier archivo, digo lo mismo hace años y no me voy a cansar. Hay quienes no pueden decir lo mismo y (Mauricio) Macri es uno de ellos porque recuerdo cuando Mariano Bergés era juez, y el presidente decía que no conocía a barras de Boca. Analizando ese pasado, ¿qué es lo que busca realmente? No creo en esto, para mí es un chiste, no es la solución que vuelvan de la nada los visitantes y que le pidan el DNI a los hinchas comunes. Al fútbol lo asocio con negocio y corrupción. Dejó de ser deporte popular para mí, recuerdo que todos los partidos los veía con mi papá en mi casa y esto que se vive ahora es una locura.
-¿Te parece que no aporta nada este nuevo intento de pedir DNI en la cancha?
-Sí, me parece un papelón, un mamarracho. Una propuesta que es más de lo mismo, están buscando soluciones en algo que es la copia de la ley De La Rúa, que nunca se cumplió. Cuando hacíamos relevamientos en las canchas, notábamos que cuando se ponía el dedo en la máquina veíamos cómo la policía señalaba quién lo tenía que hacer y quién no. Era una decisión por portación de cara y la barra enfilaba y entraba custodiada por la policía por otro lado. Es una burla absoluta. La vimos de cerca, no detrás de un escritorio. Lo del documento es más de lo mismo, se lo van a pedir solamente al hincha genuino. Los otros van a entrar llevándose todo por delante, con la policía de cómplice. Me causa rabia y risa. Aunque digan que hay que ir despacio, después de 21 años buscando justicia, esta historia de que está todo bien no me la cuentan más. Es mi opinión. Lo que viví, lo que siento. Después de pasar por tantas situaciones así, esto me parece una burla.
-¿Cómo está la causa de Daniel?
-Prescripta. La peleé mucho y siempre fue muy complejo porque sucedió en otro país y hay otro código. Igual si a los imputados les surge alguna causa, por más chiquita que sea, tienen que sacar la prescripción. La justicia me dio siempre reveses, las personas están señaladas y no se hizo nada. Me siento agotada, pero creo que en algún momento llegará la justicia por mi hijo.