La imagen, breve, de apenas más de un minuto, se viralizó durante el lunes: el festejo de la selección argentina en el Mundial de Amputados Turquía 2022. El video lo tenía todo: el triunfo (3-2), el modo (sobre el final), la definición (golazo con un toque al segundo palo), el rival (Inglaterra, un clásico) y el contexto (último partido de primera fase de una Copa del Mundo), pero también la especialidad: fútbol en muletas, jugadores en una pierna.

Argentina avanza firme en el Mundial de Turquía: ganó los tres partidos que jugó y mañana miércoles, a las 6 de la mañana de nuestro país, enfrentará a Marruecos por los octavos de final, otra vez por la pantalla de DeporTV. Con la viralización del triunfo ante Inglaterra, es posible que «Los Rengos» (como se autodenomina desde su creación, en 2001, la selección argentina de amputados) sigan sumando la atención y el apoyo del público, futbolero o no. ¿Pero qué historias hay más allá de un viral de 64 segundos?

«Es lo que todo futbolista sueña, más con la camiseta de Argentina, un gol contra Inglaterra. Fue muy emotivo y después del partido me quebré: hablé por videollamada con mi mamá y mi abuela. Sólo en mi familia sabemos el sufrimiento hasta llegar acá: el accidente, los años», le dice a Tiempo desde Riva, a orillas del Mar Negro y 70 kilómetros de Estambul, Andrés López, el autor del gol sobre la hora ante los ingleses.

El accidente al que se refiere el goleador fue en 2016: un choque en moto en las afueras de Paraná, la capital de Entre Ríos. López ya era futbolista en el club San Benito, de la localidad homónima, ubicada en el Gran Paraná. Llegó a jugar el Federal C, el último escalafón dentro del organigrama de AFA fuera de la Capital Federal, y, aunque perdió una pierna, eligió seguir jugando. Pasó del fútbol convencional al fútbol de amputados.

«El presidente de la Federación Argentina de Futbolistas Amputados, Hugo Hereñú, es de Entre Ríos. Su hermano, Marcelo, es el técnico de la selección. Él me contactó cuando tuve el accidente y me invitó a sumarme a la actividad. Muchos de los chicos que jugamos acá tuvimos accidentes», explica López desde el edificio que habitualmente es la concentración de la selección de Turquía, el día siguiente al triunfo de «Los Rengos» ante Inglaterra y el día previo al cruce ante Marruecos.

López no es el único futbolista que mostraba su talento en cancha de 11: Leonardo Di Scala jugaba en Talleres de Mar del Plata y fue atropellado por un camión. Tenía 17 años. Al tiempo fundó un club para amputados. “Venía en la moto y en la esquina un camión dobló, me enganchó y una rueda me pasó por encima. Quebradura de pelvis y de cadera. Me reventé el intestino y la vejiga. Pero la pierna me la tuvieron que cortar”, le dijo a La Capital de Mar del Plata en 2018.

Algunos de los futbolistas de «Los Rengos» nacieron con una deformidad en sus piernas. Otros, como el santafesino Hernán Travagliante, fueron amputados por un tumor. “Nunca pensé que podía jugar en una selección argentina. Uno lo sueña siempre, pero es difícil, más después de la amputación por un tumor que tenía. Pero nunca hay que dejar de hacer lo que a uno le gusta”, dijo a Uno en 2018. Pero la mayoría, como López, son sobrevivientes de accidentes que sufrieron de adolescentes o mayores.

De todas maneras, aunque el fútbol y el deporte curan, López le escapa a una mirada conmiserativa sobre «Los Rengos». «Estamos acá no como rehabilitación, sino porque nos gusta competir, nos gusta el juego, queremos ganar», explica.

Al fútbol para amputados se juega de 7 contra 7 en dos tiempos de 25 minutos. El campo mide 60 metros de largo y 40 de ancho. A los arqueros les falta uno de los brazos (o sufren una deformidad) y, a los jugadores de campo, una de las piernas. Se juega con bastones canadienses, los arqueros no pueden salir del área, no hay offside y los laterales se realizan con el pie. Cada equipo puede pedir un tiempo muerto. Los partidos son muy dinámicos. «Del fútbol convencional traje la viveza, el entendimiento del juego», explica López.

Méritos deportivos y ayuda ecónomica

El Mundial es un evento privado, organizado por la WAFF (World Amputee Football Federation), para el que cada equipo tiene que pagar 5.000 dólares. Participan 24 países. Por primera vez, Argentina debió jugar Eliminatorias para clasificar: se realizaron en Colombia y la selección avanzó junto a Brasil, Uruguay y el local.

Ya superado el obstáculo deportivo, el siguiente desafío era el económico. «La inscripción nos la pagó el Banco Nación. La AFA nos dio la ropa de la selección. El gobierno nos pagó los pasajes», explica López. La preparación se realizó en el CeNARD y el CeNaDe. Aunque en Argentina y el resto de Sudamérica la disciplina es amateur, en otros países comenzó a ser profesional. «En Turquía, Polonía e Inglaterra contratan jugadores del exterior», explica el héroe ante los ingleses.

A Turquía viajaron 15 futbolistas (tres de ellos, arqueros) y cinco integrantes del cuerpo técnico. En el país, se estima, hay 300 deportistas que jugan al fútbol para amputados. La liga actual consta de 12 equipos. El campeón vigente es «Los Guerreros», el nombre del representantivo de Rosario Central, club para el que juega López.

El Mundial se juega desde 1987 y la mejor participación de Argentina fue como local en 2010, en Crespo, Entre Ríos, cuando terminó subcampeona. En 2012, en Rusia, ocupó el cuarto lugar. En 2014, en México, fue quinta. Pero en 2018, también en México, la eliminación llegó antes, en octavos de final ante Inglaterra. Por eso, explica López -que jugó ese Mundial-, el partido de ayer también fue como una revancha.

Para mañana, ante Marruecos, «Los Rengos» son favoritos. La selección suma tres triunfos seguidos (3-0 a Indonesia, 3-1 a Estados Unidos y 3-2 a Inglaterra) y los africanos pasaron como uno de los cuatro mejores terceros. «No conocemos a Marruecos», admite López.

El trabajo viene desde hace mucho tiempo. La selección fue creada hace dos décadas. Pero, viralizaciones mediantes, muchos conocieron a «Los Rengos» este lunes, gracias al gol de López y al triunfo contra Inglaterra. Mañana ante Marruecos se renovará la expectativa. Estos jugadores, lo dicen ellos, viajaron para competir, para ganar. Y ése es, también, o sobre todo, su triunfo.