Ser una deportista de alto nivel y ser madre fueron durante mucho tiempo actividades difíciles de conjugar. Aunque desde hace unos años la situación ha mejorado un poco, aún queda por librar un duro combate por las bajas por maternidad y la conquista de los derechos asociados. En marzo de este año, por caso, el club italiano de voleibol Pordenone emprendió acciones legales contra una antigua jugadora, Lara Lugli, con motivo de su embarazo, aduciendo que le creó un perjuicio económico. Ante la oleada de protestas e indignación, el club finalmente retiró la denuncia.

Es solo un ejemplo. Son muchísimas las deportistas que renuncian o suspenden su carrera por quedar embarazadas O al revés: posponen su maternidad para después de poner punto final a sus carreras deportivas. El avance de derechos que consiguió en los últimos años la oleada feminista también llegó en este aspecto, nada menos que en los próximos Juegos Olímpicos de Tokio. Las atletas que son madres lactantes podrán llevar a sus hijos a los Juegos, según informó el Comité Organizador este jueves. «Después de una cuidadosa consideración de la situación única que enfrentan las atletas con niños lactantes -detalló la organización- nos complace confirmar que, en caso de ser necesario, los hijos podrán acompañarlas a Japón».

Era un tema que ocupó la opinión pública en las últimas semanas. La basquetbolista canadiense Kim Gaucher, por caso, había declarado: «Me veo obligada a decidir entre ser una madre que amamanta o ser una atleta olímpica, al no poder llevar a mi hija de tres meses a Tokio». Por otro lado, la fondista estadounidense Aliphine Tuliamuk se sumó a las quejas: «no puedo imaginar ir a los Juegos sin mi hija que amamanto”. En tanto, la estrella americana, Alex Morgan, activista por la diversidad sexual, afirmó que sería «importante permitir que las madres tengan la opción de tener a sus hijos con ellas cuando compiten».

A otro nivel deportivo, en marzo pasado había viralizado en Argentina la historia de Antonella González, 30 años, entrerriana, base de Rocamora, quien fue retratada dándole la teta a su hija Madeleine durante el entretiempo de un partido de la Liga Femenina de básquet. «Si algo tan natural hizo tanto ruido es porque estamos fallando», explicaba González. Pero el ruido a veces sirve para llegar a oídos que parecen lejanos, como los del Comité Organizador de los Juegos.