La doble tenaza dinero y maniobras judiciales con la que el gobierno nacional presionó a la AFA durante estos últimos meses llevaron a que la Superliga se aprobara el miércoles con un solo voto en contra entre 71 asambleístas. La pesada herencia la del grondonismo fue el argumento mediático amplificado con los adjetivos de siempre: escándalo, papelón y vergüenza. Así se logró vaciar de poder la AFA para ponerlo en manos de los clubes denominados grandes. Aunque la Superliga no cambia la estructura de competición, sí modifica el esquema de negocios. Abre, por un lado, el camino a las sociedades anónimas. Y en el horizonte, tiene otra escala de la que todavía se habla poco: las apuestas online, como otra forma de financiación.
El espejo es la Liga de España, una competición en estado terminal, como la definió Mario Giammaría, presidente de la Asociación Rosarina de Fútbol, el único dirigente que votó en contra del proyecto. Sin Superliga no hay plata fue la frase que repitió Daniel Angelici a lo largo de estos meses en los que el Estado no bajó el dinero del Fútbol para Todos. Así se convenció a los clubes chicos y del interior, que aseguran que el nuevo escenario favorece a los más grandes. Sin embargo, votaron en positivo, seducidos por la llegada de capitales en medio del mercado de pases. Así negociaron. «Lo que les preocupa es la guita. ¿Y para mí cuánto? Es como cuando el Manosanta (personaje de Alberto Olmedo) preguntaba: ‘¿Me trajiste la nena?'», ilustra un dirigente que participó de las negociaciones en la AFA. Acá el lema de la mayoría es que el que no transa no gana, reconoce un integrante del Comité Ejecutivo a Tiempo.
La Superliga se jugará con los mismos futbolistas, el mismo torneo, los mismos dirigentes, los mismos árbitros y los mismos equipos. La disputa ahora es quién la manejará. Marcelo Tinelli quiere ser el presidente. Pero el macrismo, por ahora, lo veta. Lo que sí está claro es que se abrirán nuevos negocios. Cuenta un hombre que camina hace años los pasillos de Viamonte que este es un plan de tres etapas. La primera, la de la televisación, se empezó a cocinar el viernes al mediodía en la Casa Rosada, donde hubo una reunión en la que estuvieron Hugo Moyano, secretario general de la CGT y presidente de Independiente, y Fernando de Andreís, secretario general de la Presidencia, bajo cuya órbita funciona Fútbol para Todos.
El deseo de Mauricio Macri es anunciar que ya no gastará plata en el fútbol aunque se mantenga la promesa de gratuidad hasta 2019. Ahí podría jugar al gigante norteamericano Turner. Según adelantó a este diario un empresario del sector televisivo, la semana próxima Turner intentará firmar un acuerdo en la Casa Rosada para realizar un estudio durante los siguientes 30 días que le permita investigar cómo llevar a cabo esa desestatización o privatización de las transmisiones. Los norteamericanos desembolsarían 3000 millones de pesos, 500 más que la oferta del gobierno a los clubes, que la consideraron insuficiente, y casi el doble de lo que se pagó durante el kirchnerismo por los derechos de la televisión.
Los pasos siguientes están menos en la superficie. El segundo es un viejo anhelo personal de Macri: instalar las Sociedades Anónimas Deportivas en el fútbol argentino, un proyecto en el fracasó cuando, como presidente de Boca, intentó imponerlo en la AFA. La revancha parece más cerca, a pesar de que por ahora son mayoría los dirigentes que no están a favor de las SAD. No creo que ocurra ahora, aunque si tienen margen se van a animar, define un vicepresidente de un equipo grande.
El otro punto son las apuestas. Así como Julio Grondona insistía con el Prode Bancado como salida financiera, los dirigentes actuales volverán a la carga. En su momento, quien picaba en punta para el desembarco de las apuestas en el fútbol argentino era Cristóbal López. Ahora, el mismo negocio podría cambiar de nombres. En el centro de la escena está Angelici, un empresario binguero.
«Eso siempre está presente en los pasillos», dice un asambleísta del Ascenso. «Las apuestas son el gran objetivo de la Superliga después de la sociedades anónimas. ¿Y quién maneja el juego?», pregunta otro dirigente y se ríe cuando se le responde con otra pregunta: «¿Angelici?». Como cuenta el periodista Federico Poore en su libro El poder del juego, el Tano arrancó en 1983 con el 0,5% de un bingo en San Bernardo y terminó como representante de todos los bingos chicos de la provincia de Buenos Aires. Antes de ser tesorero de Boca, Angelici dejó oficialmente esos cargos. Pero se sabe que nadie se olvida de donde se viene.
Desembarcan los normalizadores
Para esta semana se anuncia el desembarco de la Comisión Normalizadora (CN) de la FIFA, que tardó más de la cuenta en arribar. El apuro con el que se votó la Superliga también tiene que ver con eso: los dirigentes eligieron definir las cuestiones puertas adentro, antes de que lleguen los enviados de la entidad madre del fútbol. Con el armado del torneo resuelto, la CN deberá ocuparse de elegir al próximo técnico de la Selección -cuyos candidatos se conocerán mañana y tendrá la potestad de objetar puntos en la nueva Superliga. La CN será comandada por Armando Pérez, ex gerenciador y actual presidente de Belgrano de Córdoba. Lo acompañarán: Fernando Mitjans, presidente del tribunal de disciplina, el ex futbolista Daniel Bertoni, Alejandro Marón y Carolina Cristinziano, abogada, ex representante de jugadores y mujer de la Conmebol.