El miércoles, el día que murió Maradona, me pasó algo pequeño y personal que refleja un sentimiento generalizado. Después de estar trabajando todo el día y tener que dar esa noticia, me tuve que hacer un pequeño estudio. Implicaba recibir una anestesia. Cuando me desperté,el médico me cuenta que me levanté llorando, diciendo que no podía creer que se haya muerto Maradona. Si bien estaba bajo efectos narcóticos, es un poco la sensación de todo un país que lo sigue llorando. No recuerdo mucho más, porque estaba anestesiada. Pero quien me acompañó, me dijo que fue exactamente así.
Sigo muy impactada. Shockeada, incluso cuando pasan las horas y los días. Todos estamos muy conmovidos. Hay muchas imágenes que reflejan el legado de Diego. Desde la carta del presidente francés Macron hasta Renato Portaluppi, técnico brasileño, saliendo a dirigir su partido de Gremio con la camiseta de Maradona y la 10 en la espalda. También la decisión de los diarios ingleses de poner a Diego por encima de todo y reflejando el gol que les hizo a ellos, el más importante de la historia. Del velorio también me quedan algunas imágenes hermosas como la de los hinchas de Boca, abrazados y llorando junto a los de River por la partida de Diego. O los de Rosario Central y los de Newells. Es una muestra: Diego lo pudo todo. «