Al tercer día del Mundial apareció el Video Assistant Referee. Se cobraron dos penales después de que los cuatro árbitros que siguen el partido por televisión desde una cabina repleta de monitores le indicaran eso al juez central, que no había visto una infracción desde el campo. Cuando iban 15 minutos del segundo tiempo del partido que Francia y Australia jugaban en Kazán, fue el argentino Mauro Vigliano el que señaló que Griezmann había caído en el área tras una falta del australiano Ridge. El uruguayo Andrés Cunha no había percibido eso, por lo que la jugada siguió. Después de casi un minuto, tras la indicación de su colega rioplatense, se acercó hasta la pantalla que está a un costado del campo de juego, chequeó y decidió cobrar el penal. Lo pateó Griezman, con firmeza, pero en su festejo se notaba el desafecto de lo ficcional.
Casi cinco horas después, en Saransk, el primer tiempo entre Perú y Dinamarca se encaminaba al 0 a 0. Cristian Cuevas enganchó en el área y cayó ante la marca de Yussuf Poulsen. La escena fue igual a la de Francia-Australia: el partido continuó, hasta que el árbitro de Gambia Bakary Gassama escuchó por su audífono que la caída fue producto de una infracción. Gassama se acercó al televisor y cobró el penal. Esta vez, Cuevas lo tiró por encima del travesaño.
El VAR es la punta de lanza de Gianni Infantino para modernizar el fútbol. Si la apuesta era utilizar la tecnología para terminar con la polémica no parece ser la manera correcta. O tal vez, en el fútbol, nunca se pueda terminar con la polémica. Ayer, en la tecnológica victoria de Francia sobre Australia, también tuvo su estreno el sistema DAG (Detección Automática de Goles). A diez minutos del final, el francés Pogba punteó una pelota en el área, que luego rebotó en el travesaño y picó unos centímetros dentro de la línea del arco australiano. El reloj vibró en la muñeca del árbitro Gassama, que marcó el gol. Ahí no hubo dudas: no hay subjetividad humana, es la tecnología la que manda.
¿Por qué sí se usó el VAR para cobrar los –ínfimos- penales sobre Cuevas y Griezmann pero no la falta que le hicieron a Pavón, en el partido entre Argentina-Islandia? Porque los cuatro asistentes que miraban las pantallas en la cabina no vieron foul sobre el wing de Boca. No es el árbitro quien pide el VAR ante una duda, sino son sus asistentes los que le informan si debe revisar una decisión.
“Tecnología más tecnología es algo exacto. La pelota entró, es gol. Pero cuando juntamos la tecnología con el factor humano no va a ser exacto. Entra en juego el criterio”, explica a Tiempo Miguel Scime, ex árbitro y ex Director de Formación Arbitral de AFA. Lo que hasta ahora no sucedió es que un árbitro central contradiga a lo que le indiquen desde la cabina. Otro árbitro argentino lo explica: “El VAR es la apuesta de Infantino junto con Massimo Bussaca, el suizo que es el jefe de árbitros de la FIFA. Cada cosa que decidan, va a ser un éxito. No va a ser para peor. Nosotros lo conocemos a Vigliano. ¿Cobra esos penales ínfimos acá Vigliano? No. ¿Entonces cómo es?”
Para el platense Vigliano el arbitraje es una cuestión de herencia: su padre Jorge fue referí en la década del ’80. Y su hermano Paulo también siguió ese camino. Desde ayer quedó en la historia por haber sido el primer árbitro en cobrar por televisión un penal en una Copa del Mundo. «